Capítulo 15

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¡Adivinen quién está siendo usada en contra de su voluntad, para manejar una declaración de amor con música y baile! Sí, Danna.

Estábamos en la final. Los animadores, haciendo su trabajo. Los jugadores, preparándose para salir. Yo, detrás de las gradas arreglando un micrófono y una máquina de confeti. ¡Eso, Danna!

Insistí en que, más que cursi, era ridículo. Pero eran los deseos de Zed, y no pude hacer nada contra eso. Ya sé, ya sé. Yo fui la que le sugirió eso a él, y ahora me sentía mal por ser la responsable de que diera pena ajena.

-¿Todo listo?- Me preguntó él, viniendo hacia mí.

-Sí, tonto.- Dije burlándome de sus nervios. -Addie te quiere mucho. Y le gustará esto, así fracases, o no. Tú, concéntrate en ganar este juego. Yo me ocupo de lo demás.

Nos dimos un último abrazo, y regresó a su puesto.

El partido transcurría super aburrido. Además, íbamos perdiendo por cinco puntos. En un momento, vi cómo Zed y Addison hablaban, al producirse el último tiempo fuera de los Camarones; él parecía tener problemas. Pero decidí no preocuparme, ella estaba con él.

-¡Addison!- Gritó una irritante voz masculina. Me hubiese encantado interferir o algo por el estilo. Sin embargo, ¡oh! ¡Me habían botado de los animadores!

En ese instante, mi mirada y la de Zed se encontraron. Le dediqué una enorme sonrisa y dos pulgares levantados, en señal de que todo estaba saliendo de acuerdo al plan. Además, su ceño fruncido me hizo desear abrazarlo o animarlo de alguna manera. Pero, como ya dije, animar sin ser animadora es una tarea difícil. Afortunadamente, parecía que mi gesto lo reconfortó y me devolvió la sonrisa.

-¡Denme un ZOM!- Ay no... Addison estaba haciendo el ridículo de nuevo. Para colmo, se suponía que era mi nueva amiga y yo estaba dejando que pasara vergüenza. Soy un fracaso.

Bucky intentaba callarla, llamándola de forma amenazadora. Ella hizo caso omiso. Me fascinó y entonces, sentí algo de respeto por ella. Por Dios, ¡qué mala soy!

-¡Denme un BIE!

-¡Eres demasiado buena animadora, para que tu vida se arruine, Addison!- Le dijo su primo. Am... no sé cómo escuché eso, estaban lejos. ¿Oído biónico? ¿Seré un alien? ¡Quizás un hombre lobo! Ya saben, por el sentido del oído. Vaya, convivir con zombies sí que me afectó.

-¡Animaré por un cambio, Bucky!- Retrucó Addie. ¡Wow! ¡Lo había empujado como una diva total! ¡Aprendió algo de Danna, qué orgullo!

-No lo hagas...- continuó advirtiendo él.

Era suficiente, debía actuar. Todo estaba en orden, además: el confeti y micrófono. ¿Iban a robármelo en dos segundos?

Me hice presente en el campo de juego, ante las miradas sorprendidas de toda la escuela, que había venido a ver el último partido. Bucky, sin dudas, era el más desasosegado.

-¡No lo escuches, Addison! Es que él no concibe que alguien pueda alentar a otra persona que no sea él mismo.- Grité para que la multitud oyera. -¡Aquí lo tienen todos: su rey Bucky! Sí, definitivamente es rey, ¡no! ¡Es el emperador de los narcisistas!

¡Ohhh!, se escuchaba de las tribunas.

Él se cruzó de brazos. -Disculpa, ¿no serás esa tú?

-Tal vez, pero estoy en una mejor situación ahora. Tu ego es tan grande, que, fácilmente, podrías hacer uno de esos saltos estrambóticos que tanto te gustan, desde él. Pero, ¿sabes algo? Proporcionalidad inversa: a mayor ego, menor seguridad.- Él no entendía nada. Nadie entendía nada. ¡Agh! ¡Me sentía una nerd! -Significa que esa coraza que fabricó, en la que se siente el mejor animador de la galaxia, es solo el reflejo de su verdadera persona: llena de miedo e inseguridad. Lo mismo que nos pasa a todos, y aún me pasa a mí. ¿Se han detenido a pensar, porqué juzgán a quienes son diferentes y porqué todos se esmeran en lucir iguales?

-¡Psst, Señorita Spencer!- Susurró el entrenador.

-¿Sí?

-El juego debe continuar. Por favor, de esto depende recuperar a mi ex-esposa.

-Un segundo, ¿sí? Este era un momento de empoderamiento o algo así.- Rodé los ojos y me volví a todos los estudiantes. -Si entienden mi punto, comprenderán que Bucky es un pobre señorito perdido en su farsa, aterrorizado porque Zed o cualquiera de los zombies, lo desplacen de su puesto de "el mejor".

-¡Estás demente, Spencer!- Gritó Lacey, y Bucky hizo un gesto con su mano para que hiciese silencio. Con lentitud e inmeda tristeza se acercó a mí, y me dijo algo, solamente, audible para los dos:

-Y tú lograbas que fuera mi verdadero yo...- Se alejó, dejándome con el corazón en mis manos.

Ese silencio pudo haber sido desgarrador, pero Addison continuó alentando y el resto de la multitud se le unió. Yo volví a mi puesto, a llorar en privado. De verdad me sentía mal. Había expuesto a una persona que había querido mucho, y que me quiso mucho. Y que, probablemente, aún seguía queriendo. Todo fue culpa de un malentendido, de su arrogancia y de la mía, también. En ese preciso instante, me dí cuenta de que en serio lo amaba.

Go Seabrook! ||♡Bucky♡|| EN EDICIÓN || Disney ZOMBIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora