Capítulo diecinueve.

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Me deslicé en el colchón hasta acomodarme para dormir ya que había tenido pésimas noches previas de desvelo, con mis ojos cerrados pude escuchar el motor del auto y supe que Owen acababa de irse junto con Seon Yeong.

Me giré hacia la pared intentando dormir, pero era imposible, ¿Cómo podría dormir sabiendo que Bloo está en la otra habitación?, volví a girar hacia el lado contrario con cuidado y vi la puerta abierta. Bien, si quería poder dormir tranquila debía cerrar esa puerta.

Me senté y levanté la manta, jalé con mis manos mi pierna lesionada para poder bajarla de la cama, estiré mi mano hasta las muletas que estaban junto a la cama y entonces un golpecito en la puerta me dejó petrificada.

–¿Qué medicamentos tienes que tomar, bambi? –cuestionó Bloo mientras entraba en la habitación con una botella de agua en su mano y una bolsa plástica blanca.

–Hmm... no recuerdo el nombre –Abandoné mi intención de tomar las muletas.

Él se sentó a mi lado dejando la botella de agua entre sus rodillas y abrió la bolsa plástica.

–Estos son los medicamentos que me recetaron a mí.

–Déjame ver –estiré mi mano hacia la bolsa plástica hurgando entre los frascos de medicamento. Leí la etiqueta de uno de los frascos y luego tomé otro–. Ah... wow, son estas.

–¿Qué?

–Son los mismos medicamentos que me recetaron –sacudí levemente el frasco haciéndolo sonar.

–¿Sí?

–Si. Supongo que es porque los dos tenemos heridas similares.

–No no no –él rio y me quitó el frasco de pastillas de la mano–. Yo me herí debido a una heroica lucha defendiendo a mis amigos y tú por despistada.

Carcajee –Tú no sabes exactamente qué fue lo que me pasó. ¿Heroica lucha? Si claro. De todas formas, nuestras heridas fueron causadas por vidrio así que da lo mismo.

–¿A qué hora debes tomar tu medicina...? –él luchaba por abrir el frasco con una sola mano.

–En un par de horas –le quité el frasco y se lo abrí–. Eso creo.

–Hora exacta, bambi –extendió la palma de su mano y yo sacudí ligeramente el frasco hasta dejar que una pastilla cayera.

–No se la hora exacta –tomé el otro frasco para darle otra pastilla y después la botella de agua que él tenía entre sus rodillas, la abrí para luego extenderla hacia él.

–Gracias dulzura –guiñó un ojo y metió las pastillas en su boca para luego tomar la botella que yo le ofrecía y bebió el agua. Bajó la botella de su boca y la extendió hacia mí–. Toma las pastillas, es el mismo medicamento después de todo.

–Si es el mismo, pero... lo tomaré luego, cuando Seon Yeong me traiga mis pastillas.

–Tienes que establecer un horario –puso con cuidado la botella entre sus rodillas–. Además, si lo tomas ahora, tendremos el mismo horario –sonrió mientras extendía el frasco de pastillas hacia mí y el momento en el que me ofreció la pipa con marihuana regresó a mi mente. Este sujeto se la pasa ofreciéndome drogas.

–¿Si tomo las pastillas te iras y me dejaras dormir?

–¿Tanto te molesta mi presencia? –él levantó su ceja.

–No es eso. Es que estoy cansada y tengo mucho sueño.

–Está bien. Me iré si tomas las pastillas –bostezó–. También tengo sueño.

RUDEWhere stories live. Discover now