En la recepción de Sminka Verónica es abordada por Brenda y Sandra quienes mostrándose desesperadas porque ésta se les ha estado escondiendo, la amenazan con subir a las redes el video por el cual la han estado chantajeando durante meses.
─¿Te crees muy lista? No te olvides que si nos da la gana ya mismo esa imagen que tienes en esta empresa puede cambiar en segundos.
─Si nos colocamos en la misma categoría de inteligencia las de ustedes deja mucho que desear. Deben estar muy deseosas de mi colaboración porque de otra manera no se arriesgarían a venir hasta aquí exponiéndose a ser vistas.
─¿Qué te piensas que no sabemos que estamos haciendo? Camina vamos a hablar en el estacionamiento. Allí te diremos cuál es el próximo paso que debes dar antes de que te echen a la calle. Las tres mujeres al estar cercanas al auto de Verónica comenzaron a hablar sin percatarse estaban siendo escuchadas por alguien que se mantenía en absoluto silencio y prestando toda su atención a lo que estas conversaban sin preocuparse.
─Te voy a advertir mujer corrosiva, si no consigues convencer a tu jefa de nuestro plan no esperaremos ni un segundo en develar tu secreto.
─Ya comienzan a aburrirme tus amenazas Sandra, no eres más que una persona que usa su supuesto poder de sembrar miedo para terminar no haciendo nada.
─¡No me subestimes! ─la fémina de mirar profundo que podía helar la sangre la observaba desafiante y señalándola con su dedo índice.
─Ya dejen de hablar estupideces terminen esa pelea en la cama porque las ganas que se tienen se ve a leguas. Concentrémonos en lo que yo quiero nada más en eso. ¿Te quedo claro lo que vas a hacer, bella? ─ A Verónica todavía le asombraba como el cinismo y la ironía podían ser manejados a la perfección por una persona como Brenda. Esa mujer no media las consecuencias de su obsesión por lograr lo que para la administradora era imposible llevar a cabo.
─Más que claro me ha quedado. Si esto no funciona ya no me prestare más a este juego diabólico porque igual no me quedare en esta empresa.
─¿Debo recordarte que no estás en posición para dártelas de valiente? Tú harás lo que se nos antoje y no tienes otra opción.
─¡Si la tengo! Ya estoy cansada de estar siendo instrumento de su estúpido plan, son unas enfermas y solo espero el universo les tenga preparada la lección de su vida aunque ya no creo ninguna escarmiente.
─¿Qué tal ésta desafiándonos?
─¡Sandra, ya déjala! Después de que este en marcha lo que pensaste ya no la necesitaremos. Tener a esa colorada bajo mi dominio ya me lo estoy disfrutando y de ese deseo no apartare mi pensamiento. Ya vámonos, no le hagas caso en ella solo habla el miedo que nos tiene.
─Antes de irnos déjame decirle algo a ésta corrosiva. ─ acercándose a Verónica con su mirada fría que casi la penetraba la administradora podía sentir como su cuerpo se helaba y sintió flaquear cuando percibió su aliento ─ Mañana querrás desear no haber nacido y me tendrás presente como tu sombra.─ luego de expresar su amenaza Sandra rozo con su boca los labios temblorosos de Verónica que inmóvil y presa de un pánico terrible no podía apartar sus ojos del rostro de aquella mujer que le despertaba los deseos más oscuros y morbosos.
Anastasia Ferruchino se presentaba de forma imprevista en la oficina de su socia sorprendiendo a Claudia, quien de inmediato se reincorporo de su silla para centrar su atención en ella. En la elegante mujer se hacía evidente un nerviosismo y frustración al no encontrarla.
─¡Buen día señorita!
─¡Buen día! ¿Dígame señora Ferruchino, en qué puedo ayudarla?
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Entre Flores y Cosméticos
Hayran KurguDesde que sus miradas se cruzaron en un encuentro accidentado surgió entre ellas una atracción inmediata que represento el gran desafío de sus vidas. Tomando en cuenta que en una guerra todo se vale, la palabra batalla bien podría definir su excepci...