Comerciales

Se acerca el día de la madre. Una semana exacta. Cómo es costumbre aparecen los comerciales que recuerdan dicha fecha. Todos llaman a comprar aprovechando descuentos que asoman como imposibles de rechazar. Pero hay uno que se diferencia de todos mostrando a una señora de avanzada edad.
"Porfavor no se acuerden de mí", clama a pantalla completa con cara de no quiero más. ¿El motivo? Su hijo es árbitro.
Inexplicablemente una madre se muestra avergonzada por su creación. Por la profesión que lo hace feliz y le da de comer.
La insólita petición es alcanzable. Existe un universo de insultos para evitar recordar a la progenitora de dicho juez que tiene que saltar a una cancha de fútbol a "impartir justicia".
Porque un domingo sin insultar es algo que se puede aguantar. Pero avergonzarse de tu hijo, eso sí que no se puede perdonar.