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⠀⠀ ⠀Los finales de semestre siempre son un motivo para celebrar, el escenario actual que se desenvuelve frente a sus cansados ojos no es una fiesta de graduación, sino más bien un simple holgorio de universitarios, de esos donde el alcohol abunda y la música es tan fuerte que la sientes retumbar en tus huesos y marcar un nuevo ritmo cardíaco. La cantidad de comentarios que escucha casualmente de cada persona que pasa cerca suyo le tiene consternado, algunos de estos rayan con lo absurdo o cuestionable, no ha entablado conversación con nadie que no fuera los amigos que lo obligaron a ir allí, pero cuando menos está distrayéndolo del terrible dolor de cabeza que le ha acompañado desde una semana y media.


⠀⠀ ⠀Doyoung no es gran aficionado a las fiestas, son escandalosas, hay demasiada gente con olores extraños chocando contra su cuerpo, manos acariciando accidentalmente (en ocasiones parece que no es accidente) zonas de su cuerpo que no deberían ser acariciadas y lo más importante: siempre hay algún amigo suyo que intenta embriagarlo para verle hacer el ridículo. De acuerdo, grabarlo mientras se quejaba del calentamiento global hasta romper una lámpara y patear a Johnny en la pierna había sido divertido, pero eso ocurrió en la fiesta de Yuta y ya era hora de perder la esperanza en ver algo como eso nuevamente, aquella borrachera era suficiente para recordar con vergüenza el resto del año, además, cómo no recordarla cuando se tenía la evidencia viviendo en el teléfono de Ten.


⠀⠀ ⠀Dicha persona, a quien reconsidera seguir llamando amigo o no, busca repetir ese bochornoso momento de su vida, el mismo Ten que siempre piensa en bailar, bromas de mal gusto, chicos y otras cosas de las cuales está seguro son demasiado extravagantes e indecentes para su gusto. Pero debe darle un punto a su favor esta vez; por más odiosa que sea la música taladrando sus oídos y el tumulto asfixiante de gente invadiendo su espacio personal, cuando menos puede dejar de pensar en él.


⠀⠀ ⠀Su cabeza está por explotar, pero entre menos tiempo piense en Jonghwa y su novio podrá sobrevivir, no quiere recordar cómo su exnovio terminó con su relación hace poco más de un mes y medio porque al parecer encontró a una persona más extrovertida que Doyoung, más compatible, una persona que se ajustaba más a sus parámetros de atractivo, resultando en perder a su pareja de cinco meses en un abrir y cerrar de ojos. Claro, lidiar con ello y el final de semestre era la manera perfecta de llevarlo al carajo y drenar sus ganas de vivir, ni siquiera el café podía mantenerlo de pie a este punto, entre los trabajos, ensayos, libros por leer y sentimientos que ocultar era como si tuviera un peso extra de 50 quilos encima no de sus hombros solamente, sino de su cerebro.


⠀⠀ ⠀Había dejado de querer a Yonghwa, no fue fácil pero tampoco una tarea que considerara imposible, pero el sentimiento de frustración seguía allí. Subiendo por su garganta y tomando posesión de su cabeza, recordándole: eres demasiado serio, aprende a divertirte un poco, te vendría bien un cambio de actitud, eres guapo pero actúas como si tuvieras que esconderte.


⠀⠀ ⠀Bien, aquí estaba, en una fiesta sin una sola gota de alcohol en el sistema y con el mejor atuendo que Ten y Johnny pudieron idear, honestamente pensando en cuánto tiempo le tomaría morir si se arrojaba por la segunda planta, la escalera no estaba tan lejos y quizás ya estaría allí de no ser por esa pareja que estaba succionándose el alma a través de los labios justo en el primer escalón.


⠀⠀ ⠀─ ¡Doyoung! Aquí estás, ¿Te estás divirtiendo? ─ La mano en su hombro se engancha con fuerza, el agarre de Ten siempre era demasiado fuerte, como si este no pudiera medir la cantidad de energía que pone en sus dedos.


⠀⠀ ⠀─ Claro Ten, mi emoción es tanta que pienso en beber todo el cloro de la cocina.


⠀⠀ ⠀─ Vamos Dons, si no has bebido nada es porque no quieres, puedo aceptar eso, ¡Pero mira a toda esta gente! Deberías estar revolcándote con alguno de estos chicos en la habitación de los padres de Taeil ahora mismo.


⠀⠀ ⠀─ Aún no entiendo cómo lo convencieron de hacer una fiesta en su casa, estoy seguro que vi a gente allá afuera orinando la decoración del jardín.


⠀⠀ ⠀─ Sus padres no están y sabes lo fácil que es convencerlo, sólo le dijeron que llevarían a Sicheng a su casa si hacía una fiesta y de inmediato ya estaba comprando las bebidas.


⠀⠀ ⠀Pobre Taeil, ya podía imaginarse el desastre del cual se encargaría mañana, se preguntó si al menos tendría la oportunidad de hablar con Sicheng, su amor imposible, quizás tuviera mejor suerte que la suya en el romance; aunque Sicheng no era nadie fácil de conquistar, Yuta podía contarle la cantidad de veces que fue rechazado y hasta humillado por el chico extranjero.


⠀⠀ ⠀─ Como sea, estoy bien así, si en verdad fuera a tener sexo prefiero estar sobrio, tú deberías pensar lo mismo. Estaba seguro que ese debía ser el vigésimo vaso de Ten, pero el tailandés tenía una admirable resistencia al alcohol que no le sorprendería si lo viera bebiendo de un barril directamente, un vaso quedaba corto para esta persona.


⠀⠀ ⠀─ Lo suficientemente sobrio para saber quién me habla, no te preocupes, no haré ninguna locura, pero lo digo en serio, vi más de unos pocos chicos mirándote.


⠀⠀ ⠀Doyoung rodó los ojos cruzándose de brazos, ciertamente había sentido algunas miradas recorriendo su cuerpo de un modo que a decir verdad no le tenía del todo cómodo. Debería sentirse halagado, hasta cierto punto, algunas de esas personas eran chicos bien parecidos y a un par de ellos les había visto en los pasillos y salones, así que le constaba no todos eran simples pervertidos, sin embargo, fallaban en hacerle sentir mínimamente interesado.






𝙇𝙖 𝙣𝙤𝙘𝙝𝙚 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙛𝙞𝙚𝙨𝙩𝙖​ ❛◦ Dojae ☆ ⌒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora