Te amo 3000 ||O.S||

¿Dónde está papá?

-¡Mami!- una niña de cuatro años corrió al encuentro de su madre cuando la vio llegar en un traje robótico construido por su padre, la abrazó fuertemente y escondió su cabeza en su cuello para sentir con más claridad el calor reconfortante que ella le daba, pero se inquietó al sentir como su hombro empezaba a mojarse-¿Mami?

Pepper alejó su rostro de la pequeña mientras se secaba las lágrimas, la miró cara a cara y le dio una sonrisa forzada en un vago intento de hacerle creer que todo estaba bien.

-Hola princesa- saludó con voz temblorosa mientras alejaba con delicadeza los cabellos que tapaban el rostro de su hija.

Morgan puso sus manitas en las mejillas de su madre intentando secar las lágrimas que seguían saliendo.

-Señora Stark- Peter se asomó tímidamente por la ventana e hizo su mayor esfuerzo por no romper en llanto al ver una foto de él junto al señor Stark en la sala de estar.-S-solo quería asegurarme de que se encontraba bien, o lo mejor posible-murmuró esto último.

-Sí Peter, gracias.-Dejó a su hija en el piso con cuidado y se acercó al muchacho para darle un abrazo- ve a casa ¿de acuerdo? Descansa un poco.

-N-no señora Stark, aún debo ir a patrullar, necesito asegurarme de que todos en la ciudad se encuentren bien y-

-Peter.-Pepper alargó la última sílaba y se cruzó de brazos ante la negativa del chico, levantó una ceja y lo miró en silencio dándole una orden implícita, como una madre hablándole a su hijo que no quiere obedecer.-Tu tía May debe estar esperándote.

-Y-yo... sí, May- abrió los ojos de sobremanera al darse cuenta de que para su tía, podrían haber pasado solo algunas horas o bien podrían haber sido cinco años, después de todo no sabía si ella también se había desintegrado con el chasquido de Thanos- tiene razón, debo irme.

Cuando estaba a punto de saltar por la ventana una curiosa voz lo hizo detenerse.

-¿Tu eres Spider-Man?-la pequeña Morgan salió de detrás de su mamá y se acercó al castaño, jaló su mano obligándolo a encorvarse y empezó a palpar el traje que tenía puesto intentando descifrar el material del que estaba hecho, definitivamente no era el mismo de la ropa que tenían los muñecos que su padre le había construido.- Mi papá me habló mucho de ti.

Peter se quedó helado al ver a la niña, miró a Pepper buscando ayuda pero al ver como ella se encontraba ocupada intentando calmar su llanto (otra vez), decidió arreglárselas por sí mismo.

-S-sí, el señor Stark e-titubeó por unos segundos al no saber si debía decir ''es'' o ''era'', pero como obviamente la pequeña aún no sabía nada decidió utilizar el verbo en presente.-es mi mentor, él construyó este traje para mí.

La niña lo miró con el ceño fruncido.

-¿Mentor? Él me dijo que son amigos.

Peter hizo su mayor esfuerzo por no derrumbarse en ese momento.

-S-sí, eso mismo, en un inicio solo era mi mentor pero luego se convirtió en un amigo-susurró con la mirada perdida y habría seguido en ese trance de no ser por la pregunta de la niña que tanto le aterraba escuchar.

-¿Dónde está papá?

Sintió como el color se le iba del rostro, intentó liberar su mano pero la niña la apretó más fuerte, estaba a punto de empezar a balbucear incoherencias cuando Pepper se les acercó con un intento de sonrisa en el rostro.

-Está bien Peter, anda a casa.-La mayor estiró su mano para que su hija la tomara, al verse libre el castaño soltó un suspiro y miró con dolor contenido a la niña, estaba a punto de irse pero se quedó quieto durante unos segundos, dudando, finalmente soltó un sonido de frustración al no ser capaz de simplemente salir de ahí y fue hacia la pequeña, se agachó para estar a su altura y la envolvió entre sus brazos, pues desde el momento en que la vio se había sentido torturado al ver sus ojos marrones decididos y a la vez llenos de curiosidad que tanto le recordaban a los de Tony.

-Ganamos-murmuró con la voz rota-nosotros ganamos.-señor Stark. Terminó la frase en su cabeza.

Se despidió de Pepper con un beso en la mejilla y ahí sí, se marchó rápidamente dejando que las lágrimas salieran.

-Mamá.-Cuando el chico desapareció completamente de su campo de visión, Morgan se volteó a mirar a la mencionada.-¿Por qué no me dijo dónde está papá?

-Yo te voy a responder princesa.-Enredó sus bracitos alrededor del cuello de la rubia al sentir como ella la elevaba.-Pero antes que nada quiero que sepas que lo más importante para él siempre fue mantenernos a salvo, porque papá nos quiere mucho, él te ama muchísimo Morgan, lo sabes ¿verdad?

La niña asintió efusivamente, sonrió mostrando sus pequeños dientecitos y respondió.

-Yo lo amo tres mil.

Impaciente porque su mamá le diera una respuesta, desvió la mirada hacia atrás de ella buscando algún indicio de que su papá ya iba a llegar, quería que le volviera a contar un cuento, ''uno más largo'' le iba a pedir; ya era muy tarde y sus ojitos se le cerraban pero se negaba a quedarse dormida, no mientras su papá no llegara a arroparla.