Capítulo 4

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4 | † La apuesta


—¿Cómo dices?.— Pregunté un tanto confundida.

—Nada, nada, eres muy linda.— Dijo Shawn mirándome de pies a cabeza.

Me sentía muy incómoda. —Gracias—.

Shawn se adelantó, y yo me quedé parada observando todo.

El castillo era muy grande, había muchas ventanas, puertas, balcones.

Y de la entrada ni se diga, era muy grande, hay muchas plantas, arbustos cortados en forma de animales.

—¡Ey, no te quedes atrás Alisson!.— Mi padre alzó la voz sacándome de mis pensamientos.

—Perdón padre.

Seguí caminado hasta las puerta del castillo, y poco a poco fuímos entrando todos.

Y por segunda vez, me volví a asombrar mucho, este castillo era todo lo contrario al nuestro; había muy poca luz, y había adornos muy raros.

—Pasen, por acá será la cena.— Dijo el Rey Manuel.

Todos comenzamos a seguirlo, y llegamos hasta una mesa muy larga; había todo tipo de comidas.

—Pueden sentarse.— Volvió a decir el rey.

A mi me tocó sentarme a un lado de mi hermano y a mi otro lado se encontraba Shawn.

Mi padre estaba sentado en la cabeza de la mesa, también el rey Manuel. Ambos se miraban.

Sus miradas eran raras, ninguno de los dos hacia un gesto, simplemente se miraban.

Era como si a través de sus miradas se dijeran de lo peor.

—Pues no perdamos más tiempo._ Habló la Reina Mendes mientras llamaba a una servidumbre para que sirviera la cena.

Y en segundos llegaron dos muchachas, se veían más grandes que yo.

Poco a poco fueron sirviendo la cena, cuando una de las chicas llegó hasta mi lugar, le solté una sonrisa, tal vez pueda ser una princesa, pero no soy como la familia Mendes.

Al momento de servirles la cena, tanto la Reina como el Rey hicieron un gesto de asco hacia la chica.

—Gracias.— Dije amable.

—Con su permiso.— Dijo la chica mientras hacía una reverencia.

—Puedes retirarte Charlotte.— La Reina le respondió muy groseramente.

—Podemos cenar ya, provecho.-— Habló el rey.

Todos asentimos y comenzamos a probar nuestra comida, todo estaba en total silencio, ¿Así eran todos los días?

Miré a de reojo a todos, el rey Manuel y Shawn se daban miradas muy extrañas.

Era como si los dos se entendieran.

La cena términó, y de nuevo el Rey Manuel llamó a las servidumbres.

Las servidumbres llegaron, y poco a poco comenzaron a llevarse todos los platos, vasos y cubiertos.

Solté un suspiro corto, me sentía muy cansada, no entendía porqué.

Sólo quería poder cerrar mis ojos y dormir.

Pero no entendía porqué.

Miré a Sebastian y luego a Shawn, y ambos estaban intactos, era la única que sentís una enorme pesadez.

Ganas o Mueres I - [S.M.] ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora