Capítulo 7

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Saru salió del hospital con la esperanza de que no volviera a ir allí en mucho tiempo.

Esa vez, a diferencia de las otras, no había nadie para recogerle. No era de extrañar, ya que él mismo lo había decidido así. Quería sentir un poco de tranquilidad una vez que saliera de allí, y no quería ver muchas caras preocupadas por él, por su estado o por lo que le había pasado. De hecho, solo Misaki sabía la verdad. Para el resto de las personas, Saru solo había tenido una bajada de tensión que le había mandado al hospital. Aunque no sonara creíble que le hubieran mandado al hospital por eso, él lo había decidido así, y tanto Misaki como los médicos lo respetaron. Además, Saru le había prometido a Misaki llamarle ese día si necesitaba hablar, pero primero le pidió un tiempo a solas.

Saru vagó por la ciudad, sin rumbo fijo, y con muchas cosas en mente. Ya era costumbre no tener una idea de donde ir, pero esta vez no le molestaba tanto. De hecho, se lo tomó como una oportunidad de despejar su mente, olvidarse de los problemas, de los continuos dolores de cabeza que sufría... Olvidarse de que sufría amnesia. Además, pudo descubrir lugares nuevos que le atraían y que le impresionaban. Inconscientemente, pensó en lo divertido que sería que Misaki que le acompañara de nuevo a allí.

Encontró, para su sorpresa, una tienda llena de aparatos tecnológicos que le atrajo al segundo. Sin dudarlo, entró dentro.

Aquello le aportó una nueva sensación. Todas y cada una de las cosas que veía en esa tienda le emocionaban, le interesaban y hacían que no fuera capaz de apartar los ojos. Por primera vez en mucho tiempo, no se sentía fuera de lugar en algún sitio. Pero, después de un buen rato, empezó a hacerse preguntas de nuevo. ¿De dónde venía esta extraña fijación por todo aquello? Se auto golpeó la cabeza con la mano.

- Seré estúpido... - Se dijo para sí mismo. – Nunca tendré respuestas...

Pero, de pronto, algo le vino a la cabeza... Una promesa.

"Si te apartas de ahí, te lo contaré todo de ti. Tanto lo bueno como lo malo."

Aquel fatídico día en el que casi se tira al vacío.

- ¿realmente él... cumpliría esa promesa si se lo pidiera?

Se dio demasiado tarde de que había estado hablando demasiado alto. No había mucha gente en la tienda, pero un par de personas sí que le habían llegado a oír y se giraron para mirarle.

Se sintió tan avergonzado por este hecho que salió escopeteado de la tienda, mientras la cara se le había puesto como un tomate. Mientras se sentaba en el suelo, e intentaba tranquilizarse y mientras se replanteaba hasta qué punto la amnesia le había vuelto un chico extremadamente tímido, había algo que no podía quitársele de la cabeza.

La promesa de Misaki... Quería saber si él realmente estaría dispuesto a cumplirla.

*****

Misaki se presentó allí poco después de recibir una llamada de Saru. No quería admitirlo, pero había venido casi corriendo. Por suerte, el rubor de sus mejillas quedaba ocultado gracias al hecho de haber corrido tanto. Eran tantas las ganas de verle, que ni si quiera se acordó de coger su skate... Pero sí que llevaba una misteriosa bolsa en la mano.

- ¿Querías verme? – soltó al encontrarse con él, intentando aparentar tranquilidad.

- Si...

Saru se fijó en lo que llevaba en la mano.

- ¿Puedo saber que llevas allí?

- todavía no.

Saru suspiró malhumorado. No aguantaba que le hiciera esto.

Lo Que Somos. - {Sarumi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora