Capitulo 1 "El comienzo"

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Y aquí estoy otra vez. De camino al grupo de apoyo, es la quinta vez que me refieren a otro, pues siempre que cuento mi historia, dicen que necesito ayuda más… “Profesional”.

Sé que nadie me cree, solo acudo a estos sitios porque mi esposo me dice que requiero de estos tratamientos. Yo sé que estoy bien de la cabeza, pero, mi estado y las cosas que digo demuestran lo contrario. No suela bañarme mucho, en cuanto a mi higiene no soy muy cuidadosa. ¿Y la comida? No preguntes a veces duro semanas sin probar un bocado y otras veces me atiborro como un elefante.

Pienso en mi pasado antes de que la tragedia sucediese, era feliz, gozaba de una vida alegre y hermosa, yo era bella… aun lo soy, pero mi higiene me opaca. Devuelta al presente, aparezco frente a una puerta de cristal. Me quedo observándola por unos segundos, como si  no supiese que hiciera allí. Luego reacciono, y me decido por entrar. Cuando abro la puerta, siento un aire frio golpear suavemente en mi cara. Todos los presentes me miran, algunos con cara de asombro, mientras que otros mantienen una expresión seria.  Camino hacia una de las butacas y me siento.

Minutos después una señora de bata blanca se acerca a mí y dice:

-¿Es usted la señora Barlow?

-Si ¿Por qué?

-La doctora Parks, la espera para su cita de hoy.

Camine hacia una puerta de cristal que decía “Doctora Parks”, en un cartelito dorado que colgaba de ella. La empuje suavemente y entre a la habitación. Era amplia, pintada de un color rojo oscuro, tenía un gran sillón terciopelo y  un poco más allá, el escritorio de la doctora. El cuarto estaba vacío, así que decidí sentarme en el sillón a esperar.

Luego de esperar, esperar y esperar la famosa “doctora Parks” al fin llegó.

-Aquí estoy señorita Barlow, lista para ayudarle…- dijo ella con amabilidad.

Pude notar que era joven, muy joven para aquella profesión, o eso diría yo. Algunos 24 años quizás.

Se sentó en el escritorio, tomo una libreta y apunto mis datos.

-Norah Camille Barlow Lafontaine ¿No?- Pregunto con la Mirada fija en la libreta.

-Si- Afirme

- Norah, me puede usted decir ¿Por qué esta usted aquí? En un grupo de apoyo…

-Bueno… pues aproximadamente 3 años atrás mi  hermana tuvo un bebe, mi primer sobrino de hecho…- le explique antes de ser interrumpida.

-¿Cómo se llamaba su hermana?

-Sheily Verónica Barlow Lafontaine- Respondí, continúe con mi historia- desde un principio supe que ese niño no era normal.-Ella Me Miro Con Cara De “WTF”-Ósea, se veía como los demás bebes, pero el aire que lo rodeaba, era un aire de preocupación, dolor y sufrimiento-Volví a ser interrumpida.

-¿El nombre del sobrino malicioso?

-Alonso, Marco Alonso, Como le seguía diciendo… mi hermana decía que era normal que me sintiera así… ¡Mi Primer sobrino!, y los nervios me consumían, pero no, yo sabía que algo andaba mal con ese niño, y años después nos dimos cuenta…

-¿Qué quiere decir con que el nene no era normal?

-Bueno doctora, esa cosa no era un niño, era… un demonio- dije para luego echarme a reír como toda una desquiciada.

-Norah, cuéntemelo todo… absolutamente todo, desde que Alonso nació…

-Todo empezó un día 23, un día que por mucho espere y que por fin llego, estaba algo nerviosa pero ansiosa por verle, necesitaba tenerle entre mis brazos por siempre… Aún recuerdo ese momento el  encuentro en esa habitación, mi hermana me esperaba allí con una enorme sonrisa en el rostro, y el pequeño Alonso en brazos… Cogí al pequeño y lo mire a los ojos, cuando lo hice, un sentimiento extraño entro en mí, era como, culpa, o pena, aun no entiendo que paso… En Fin Le entregue el pequeño a mi hermana y salí a tomar aire. Allí encontré a Héctor el padre de Alonso, este me saludo y dijo 2¿Has visto a nuestro pequeño ya?”, yo solo asentí.  Permanecí allí en silencio, el me miro raro y me pregunto si todo estaba bien, masculle algo, que ni yo entendí y me fui a caminar… Llegue a un pequeño parque y me senté en la sombra de un frondoso árbol, Cerré mis ojos. Pero en vez de esa típica oscuridad vi a Alonso en un carrito de bebe, el cual estaba prendido en fuego, él tenía algo líquido y espeso en las manos, algo como… sangre. Volví a abrirlos, y me levante rápidamente con la respiración agitada. Corrí hacia el hospital, me urgía decirle a mi hermana que su hijo, no era normal… que ese niño era una clase de demonio o algo así.  

-Espere un minuto- me interrumpió ella -Dice usted que un bebe recién nacido… ¿era algo del mal?

-Así es-Me observo en silencio y luego escribió algo en esa misteriosa libretita-Pero eso no es todo… los primeros meses me quede en casa de mi hermana para ayudarla con Alonso mientras su esposo trabajaba, en esa jornada pasaron cosas muy extrañas, como por ejemplo… Una vez estuve en el pasillo de la casa y note que la puerta de la habitación de Alonso estaba entre abierta, me asome a ver si todo estaba en orden, pero me encontré al pequeño de pie mirándome fijamente, pero lo más espeluznante es que el nene tenía 7 MESES de nacido…

-¿Usted, quiere que yo crea que un bebe de 7 meses estaba parado a mitad de su habitación sin ayuda alguna?-Yo asentí.-Ahora bien… ¿usted está bien de la cabeza?

-¡Que si estoy bien joder! ¿Por qué todos me dan por loca?-Grite, levantándome dela silla y aventándola hacia el suelo.

Di la vuelta y Salí del consultorio dando un fuerte portazo. Escuche a la doctora gritar tas de mi “vuelva!” aturdiendo a las personas que estaban en la sala de espera.

Haciendo caso nulo a su petición, volví a casa, con la sangre hirviendo. Yo se que  no estoy loca, todo lo que digo es real, y no sé porque tengo la sensación de que lo que digo volverá a pasar.

Sonó mi celular, sacándome de mis pensamientos. Conteste.

-¿Hola?- respondí, sin recibir respuesta alguna-¿Quién habla?-En este momento se escuchan ruidos, como de cadenas arrastrándose, cristales rompiéndose… y de más, pero lo curioso es que esos ruidos provenían de mi propia casa, no le di importancia. Luego un estruendo proveniente de la sala llamo mi atención. Escuche pasos, y la risita de un.. Niño. Baje las escaleras y no podía creer lo que me encontré, me tape la boca con la mano, para evitar gritar. La palabra “Alonso” ya hacia escrita en el suelo, con cadenas de hierro y… ¿Sangre?

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Muchas gracias por leer, espero que os guste mi nueva novela, acepto sugerencias, voten y comenten. Besos.

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