veintitrés: el regreso

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Por mucho que quisiera quedarme en Austin, tenía que volver a Bayview

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Por mucho que quisiera quedarme en Austin, tenía que volver a Bayview. Después de todo Austin, ya no era mi hogar, Bayview lo era. Sin embargo, cuando finalmente llegó el día, no quería tener que despedirme de mi hermano ni de Cristina. Me había acostumbrado a estar con ellos y realmente los iba a extrañar.

—Prométeme que nos visitarás —le pedí a Conor cuando nos despedíamos en el aeropuerto.

—Lo haré —me prometió—. Tengo que patearle el trasero a cierto chico.

Me reí. —En lugar de patear traseros, ¿por qué no mejor conoces a la novia de papá? A él le gustaría eso.

—La novia de...

—¿No lo sabías? —lo interrumpí con la voz temblorosa.

Conor negó con la cabeza y entonces supe que había metido la pata. Por alguna razón papá no le había dicho nada a Conor sobre Bridget y ahora él lo sabía, gracias a mí. Ahora entendía, porque Conor no me dijo nada sobre Cristina antes.

—No te enojes con papá —le pedí.

Aunque las cosas no estuvieran bien entre papá y yo, no quería que Conor se peleara con papá.

—Tranquila, Lisie —musitó Conor—. Hablaré con papá luego y lo arreglaremos.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo —respondió y eso me hizo sentir mejor.

Cristina fue la siguiente en despedirse.

—Te vamos a extrañar, cuídate mucho —me dijo mientras me abrazaba con lágrimas en los ojos.

—Lo haré, pero tú cuida de mi hermano —le pedí—. Es una gran persona y estoy segura de que te hará muy feliz.

Cristina sonrió. —Ya lo está haciendo.

Me costó mucho tomar mis maletas y abordar el avión. Dejaba mucho atrás, pero todos esos días que había pasado con Cristina y Conor se quedarían en mi memoria.

Mientras me alejaba de Austin, no pude dejar de pensar en lo que me esperaba de regreso a casa. No podía esperar ver a mis amigos de nuevo. También quería ver a papá, aunque no quisiera admitirlo, lo había extrañado.

Al llegar al aeropuerto, no encontré a Jason, que se suponía que iba a recogerme, pero en su lugar, la persona que me esperaba era Bridget.

No se veía animada como siempre, en cambio tenía una mirada seria y los brazos cruzados. En cuanto me miró, su expresión cambió. Se le iluminó el rostro con una gran sonrisa. Me saludó con un gran abrazo y me pidió los detalles de mi viaje. Quería saber todo, donde había pasado Navidad y Año Nuevo, qué había comido y los lugares que había visitado. Le conté todo que quería saber, pero no dije nada sobre Cristina. No quería que se le contara a papá antes de que Conor lo hiciera.

Reparando Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora