Capítulo 35: Vigilada desde las sombras.

136 7 0
                                    

(Durante unos días, Laito estuvo bastante debilitado y pasó la mayoría del tiempo durmiendo. Miyuki estuvo especialmente atenta del vampiro de ojos esmeralda. Se sentía culpable. Reiji entró en la habitación de su hermano herido.)

-Reiji: Miyuki-san, deberías descansar. No has dormido casi últimamente. 

-Miyuki: Debo estar pendiente de Laito-sama, es mi culpa que esté así. 

-Reiji: No es tu culpa. Te protegió porque quiso. Sé que cualquiera de nosotros lo habría hecho. Aunque esas balas tuvieran algo, no serán lo suficientemente fuertes como para matarnos. Ya las he analizado. 

-Miyuki: Pero si yo no hubiera estado... Laito-sama está herido porque quiso llevarme a pasear. 

-Reiji: No te sigas culpando, Miyuki-san. Por ahora ve a descansar y relajarte. Yo me quedaré con Laito. Nos turnaremos para vigilar que esté bien. 

-Miyuki: Está bien, como ordene, Reiji-sama... (Hizo una reverencia y se fue a su habitación. Allí, se dio un baño de agua muy caliente. Estaba triste y pensativa. Cuando salió y se envolvió con una toalla, apareció Shu en el baño.)

-Shu: Oye.

-Miyuki: Ah, Shu-sama...¿puedo servirle en algo? (El vampiro la miró de arriba a abajo con una mirada lasciva.)

-Shu: Bueno...puedes darme tu sangre. 

-Miyuki: Claro, tome la que quiera. 

-Shu: ¿No tienes miedo de que te deje seca?

-Miyuki: Realmente...lo merezco.

-Shu: Laito se enfadará si te escucha. Y no querrás que te mate, ¿no?

-Miyuki: Laito-sama no haría eso, es muy bueno.

-Shu: ¿Por qué crees que te ha protegido?

-Miyuki: Tiene razón, Shu-sama. Laito-sama me protegió porque es muy bueno. Gracias, Shu-sama. 

-Shu: Ya no me apetece tu sangre. Adiós. (Desapareció. Miyuki se vistió y se tumbó en la cama. Un rato después, llamaron a la puerta.)

-Miyuki: ¿Sí? (Subaru entró con la cabeza algo baja. Parecía desanimado.)

-Subaru: Hola. 

-Miyuki: Subaru-sama...¿puedo servirle en algo?

-Subaru: De hecho... creo que sí. ¿Quieres salir al jardín? Hay algo que quiero enseñarte.

-Miyuki: Claro. (Los dos salieron al jardín. Subaru la guio a una zona algo apartada en la que habían plantados unos lirios azules que brillaban bajo la luz del sol. Miyuki se sorprendió.)

-Miyuki: Son preciosos, Subaru-sama. 

-Subaru: Te gustan los lirios, ¿no?

-Miyuki: Sí. Muchas gracias de verdad, Subaru-sama. (Subaru se sonrojó.)

-Subaru: N-no tienes que darme las gracias. No he hecho nada en especial. 

-Miyuki: Pensé que solo le gustaban las rosas blancas. 

-Subaru: Sí, pero... (en voz baja) los lirios azules me recuerdan a ti. 

-Miyuki: ¿Qué ha dicho, Subaru-sama?

-Subaru: ¡Nada! ¿Q-quieres tomar algo aquí fuera?

-Miyuki: Si a Subaru-sama le apetece, no tengo ningún problema.

-Subaru: Tonta, te estoy preguntando si te apetece a ti. Si yo no quisiera, no te lo habría preguntado.

-Miyuki: Discúlpeme, Subaru-sama. 

La nueva sirvienta (Sakamaki brothers x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora