Apuestas

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El invierno de 1984 se hacía presente en nuestro país, la mayoría de las personas se quedaban encerradas en su casa, el invierno en esta ciudad es la estación más peligrosa, por eso decidian resguardarse en sus casas.
En cambio yo, estaba caminando sin un rumbo fijo, era mi segundo año viviendo en este gran país, a veces me deprimía al saber que no vería a mis amigos tan seguido como lo hacía antes.

Al cruzar la calle vi la tienda de artesanías de la ciudad, era un gran local, de dos plantas, su fachada era antigua, pero era mi refugio para mis problemas, era el único lo lugar en el cual me sentía seguro.

Al entrar el aire frío y el olor a encierro se hizo presente, por mi lado había cruzado una señora que entre sus brazos llevaba un gran cuadro.

-buenos dias-saludo a la abuela de mi mejor amigo, dueña de este lugar, era una señora agradable, era como mi segunda madre.

-buenos días mi niño, Agustín está en la segunda planta, tu sabes cómo es el siempre pintando, aunque hace lo que el verdaderamente ama-empieza con su mismo discurso de siempre, yo solo asiento y comienzo a subir las escaleras, elevó mí vista y allí veo a Agustin con su pincel en la mano y una manzana en frente de el, esta trabajando sombras.

Me paro atrás de el y me acerco casa vez más a su cara, el no se percata de mi presencia, ahí es cuando lo que dicen todas las personas "al hacer algo que en verdad te guste, te desconecta del mundo" y es lo que le pasaba a él en ese momento. Para desconcentrarlo le doy un golpe en la cabeza haciendo que se sobresalté y mira hacia atrás, y ahí me encontraba yo, con una sonrisa, que comparada con el gato de Alicia en el país de las maravillas, no se encontraba ninguna diferencia.

-¿como me vas a asustar asi? Estás completamente loco-grito, mientras que yo tomaba asiento en uno de los sillones.

-pintame a mí, soy tu mujer francesa amor-dije en broma, me siento en una punta del sillón apoyo mi cabeza y en la otra punta apoyo mis piernas, la cual parte de ellas quedaban afuera del sillón.

-no lo mereces-dijo y siguio con su pintura, yo decidí pararme ya que no iba a cumplir mi sueño de ser pintado como mujer francesa.

La tienda de artesanías más conocida por la gran leyenda, que contaban la mayoría de los habitantes de esta ciudad, Copitter apellido de una de las familias más ricas de mi ciudad, mi mejor amigo, Agustín Copitter, dice que en cierta parte esa leyenda es verdad, nunca me quiso contar la leyenda con detalles y lo respeto, mi madre me enseñó que hay que respetar los tiempos de los demás, por eso no quiero presionarlo.

-sabes David a veces me das miedo-escuche la voz de mi mejor amigo detrás mío, yo me encontraba mirando a un punto fijo con la mirada perdida en mis pensamientos, con la mirada perdida en la leyenda de esa familia. Me di vuelta y está acomodando su pintura es una mesa que había a su costado, yo solo sonreí-enserio te quedas tan sumido en tus pensamientos, pareces que te desconectas de este mundo, aunque por un lado es mejor así no me molestas tan seguido-se giro y me encaro con una gran sonrisa, que siempre lo caracteriza, podría estar pasando el peor momento de su vida pero esa sonrisa nunca se va de su cara.

-Solo pienso cuando acabará todos estos problemas que nos rodean, que hay en la ciudad, en el país, en nuestra manada-menti, simplemente no quisiera que él sepa que muchísimas veces pienso en esa leyenda y me creo muchísimas suposiciones en mi cabeza.

Agustín paso por mi lado y me tocó el hombro dándome un poco de esperanza de que todo esto acabe.

Él se dirigió a la planta baja de la tienda de artesanías, yo lo seguí y me despedí de su abuela.

-Quieres una carrera?-pregunto Agustín elevando una ceja y con una sonrisa egocéntrica-el que pierde se tira al mar-puso una apuesta, yo solo asentí.

Me monte en mi bicicleta y empece a pedalear, intentaba alcanzar a Agustin, pero era imposible. El sudor empezó a caer de mi frente, mire hacia el cielo y estaba todo nublado, una gran tormenta se acercaba, al final nos terminaríamos mojando los dos si no llegabamos a tiempo a nuestras casas. Agustín al mirar hacia atrás, no vio un gran bote de basura, y se lo termino cochando, el término tirado en el suelo, con raspones y la bici a un lado de él, menos mal que no lo aplastó, sino ahí si tuviera que parar. Son heridas superficiales las que él se hizo no son para tanto.

Al llegar al mar, la tormenta se acercó aún más, se empezó a escuchar como el cielo empezaba a rugir. Agustín nunca se presentó ese día en el mar para cumplir su apuesta, solo fueron unos raspones no fue nada grave, solo no quería cumplir su apuesta.

Agarró mi bici y me dirigo hacia mi casa, empieze a pedalear aún más rápido cuando siento las gotas finas de lluvia impactar contra mi rostro, a lo lejos se veía mi casa, las lluvia impactaba casa vez más fuerte contra mi cuerpo, hasta que llegue a mi casa. Tire la bicicleta en el porche de mi casa y con la campera me cubría así no me mojaba más de lo que estaba.

¡Hola! Esperamos que se encuentres bien, y que el primer capítulo les haya interesado, les haya gustado...

Primero les queríamos aclarar que vamos a tener muchísimas faltas de ortografía y estaría bueno que ustedes nos ayuden a corregirlas si nosotros no nos damos cuenta...

Y SEGUNDO LES QUERÍAMOS AVISAR DE QUE TENIAMOS PENSADO FORMAR UN GRUPO EN TWITTER, CON LOS LECTORES QUE LES GUSTE ESTA HISTORIA, ASI PUEDEN CONOCER MAS PERSONAS Y NOS PUEDEN CONOCER A NOSOTROS UN POCO MAS...SI LES GUSTA LA IDEA Y SE QUIEREN SUMAR, EN NUESTRO PERFIL TENEMOS NUESTROS TWITTER Y NOS HABLAN AL PRIVADO (A CUALQUIERA DE TODOS LOS TWITTER) Y NOSOTROS LOS AGREGAMOS ♡♡♡

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⏰ Última actualización: May 09, 2019 ⏰

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