Cierra los ojos,
dime que me quieres.
En la oscuridad
róbame los labios.
Tranquilo, que cuando
te hayas dormido
yo me iré, despacio,
sin hacer un ruido.
Cuando despiertes
nunca estaré.
Siempre seré anónima
en este pequeño,
loco juego cruel
en el que me mimas.
Aunque no sea mío
tu puro y cálido amor
las heridas te curo
de tu pasado dolor.
Y cuando me rompa,
sin dejar un pedacito,
me iré, silenciosa,
cuando te hayas dormido.
Porque tú, ajumado,
creerás haber soñado,
y quedará mi recuerdo
en la sima de tu olvido.