Un mes después Zayn y yo viajamos a Riad1 donde seria la boda, todo era tan distinto de donde venia yo, aunque sus tradiciones son muy bellas para mí este era otro mundo a pesar de que la cultura árabe se había vuelto un poco flexible, y digo que flexible me refiero a sus vestiduras entre otras cosas. Algo que conservaban ellos era la dote2, un deposito de dinero que Zayn tenía que dejar a mi nombre en caso de que llegase él a faltar, le insistí, pero... está escrito, jamás había visto tanto dinero en toda mi vida. Otra cosa que tuve en cuenta y que me di el trabajo de buscar fue un contrato monogamico3. No es que desconfié de Zayn, pero hay que tener presente que fuimos criados de modos muy distintos, a pesar de todo el no se opuso y firmo.
Antes de la gran fiesta Zayn y yo asistimos donde el sheikh3, a firmar un contrato, donde tenía que tener dos testigos y alguien musulmán tenía que ser mi wally4 y ¿familia musulmana yo? será samaria... así que el papá de Dahara le toco viajar para ser mi representante, estaba emocionada por la boda y todo eso, pero en el fondo me dolía que mis papas no estuvieran junto a mí, para ver todo lo que había logrado y con el buen hombre que me había topado.
El calor de la ciudad me azotaba, yo solo quería arrancarme el vestido y bañarme con agua helada, tras de eso me toco salir por la parte de atrás del palacio, no había visto a Zayn y me sentía angustiada. Tuvieron que hacerle algunos arreglos al vestido, ya que debido al embarazo subí de peso. Al llegar a la mezquita5 me toco quedarme en un pequeño cuarto, ya que primero tenía que llegar Zayn.
— Trisha quiero ver a Zayn, me angustia estar aquí y no tenerlo cerca—le suplique—ya me siento incomoda.
— aún no Lauren es tradición de que novio no ve a la novia si no hasta que estén en un altar, y en América también es lo mismo, además Zayn tiene que esperarte y tiene que hablar con el imán—regaño y luego soltó una risita burlona.
— cierto Lauren porque entonces perdería la gracia, además tienes que sorprender a Zayn, quien ahora será tu marido— añadió Doniya.
— ¡pero el vestido me pica! tengo hambre y creo que estoy sudando—me queje e hice un puchero.
— por favor Lauren cierra la boca, ya pronto veras a Zayn, el no se va a perder—gruño Dahara.
— pero... Pero –insistí.
— ¡cállate Lauren! ¡Ya cállate! Creo que hasta tu bebe tiene que estar aburrido—abrí mi boca para replicar, pero tan solo con una mirada de Dahara basto para que me retractara.
Después de arreglo y otras cosas estaba lista, pero Zayn no llegaba. Sentía nervios y tenía miles de sensaciones en mí, pues con solo veintidós años era algo temprano, pero lo importante era que amaba a Zayn y él me amaba.
Zayn
Estaba todo listo para la boda, me daba los últimos toques para sorprender a quien a partir de hoy sería mi mujer, Lauren, aquella gacela que había tomado mi corazón como su morada. Sentí unos pasos que se dirigían hacia mí y di media vuelta para encontrarme con jadilla, ella traía un vestido blanco largo y una túnica dorada. Su cabello estaba suelto y sus ojos resaltaban más que nunca. Bella mujer condenada a un mal padre.
— Hola príncipe Zayn—saludo y luego me brindo una sonrisa.
— Hola jadilla—respondí.
— felicidades, te lo mereces Zayn, eres un buen hombre, un buen príncipe, que siguió a su corazón pesar de todo, ella una buena mujer, me siento un poco mal por insultarla en las ruinas, pues ella no tenia culpa alguna—dice con un suave tono y luego suspira.
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El príncipe árabe
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