Mi Princesa. [LisKook]

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Lisa jamás sintió esa emoción, ella jamás sintió que podría llegar a querer tanto a alguien, pero su estómago era un zoológico cuando se trataba de JungKook, parte que él tocaba de ella sentía tantas cosas inexplicables, joder, Lisa estaba tan loca por aquel muchacho.

Y no pudo decir que no cuando llegó al castillo con un ramo de flores, vestido con un traje formal, y se arrodilló a ella ofreciéndole un anillo con un anillo de cobre y en el medio una hermosa piedra ámbar.

A pesar de que era aún una princesa eso no le importó, como siempre, ella quería al joven, no la economía de este, por eso, aquel día, Lisa lloró y asintió, lo abrazó, lo besó y le dijo en todos los idiomas que conocía un fuerte y claro "Sí" frente a su padre, a su hermano, a su cuñado, a sus sirvientes y más personas.

Esa fue la primera vez que sintió esa emoción tan grande y preciosa, la segunda. La segunda vez, fue cuando se enteró de su embarazo.

Lisa lloraba de alegría mientras era abrazada por JungKook, mientras que su padre sonreía orgulloso afuera de la habitación después de escuchar el grito del doctor con un "Felicidades, un nuevo príncipe llega a cuidar nuestro reino" esa vez fue la segunda.

Lisa acostumbró a acariciar su vientre por las noches, al despertar y al caminar, porque así, le decía a su hijo JungHyuk, que lo amaba. Lisa siempre amó a su pequeño. Aún sin llegar a conocerlo.

Por desgracia, el invierno se desató a unos días antes del nacimiento del pequeño, y cuando éste nacío, su cuerpo no soportó por una extraña razón el clima, haciéndolo enfermar y por su debilidad falleció.

Esa fue también la primera vez que Lisa sufrió, tenía miedo, un horrible miedo a no poder cuidar a sus hijos, por suerte, JungKook cuido de ella, como le prometió, cuidó de su salud, y la hizo volver a mirar el mundo con alegría, teniendo siempre en mente a su pequeño angel.

La tercera vez que sintió esa hermosa sensación de felicidad fue cuando volvieron a felicitarla por su embarazo, después de dos años ella había vuelto quedar embarazada, esos meses, Lisa, JungKook, el rey, los campesinos, absolutamente todo el mundo cuido de ella y su bienestar. Su pequeño MinHyuk viviría, lo haría y ella lo cuidaría a capa y espada.

La cuarta vez que sintió esa hermosa felicidad, también fue en invierno, cuando una horrible tormenta azotaba su pueblo y no los dejaba, una semana había transcurrido aún con ese horrible clima, y su hijo había nacido, el primer llanto se escuchó y la horrible tormenta paró. Sus pequeños ojos se abrieron y un hermoso color dorado se podía visualizar, él, Jeon MinHyuk sería la salvación, orgullo, bendición y angel de todos, porque tenía dos almas, la suya y la de su hermano que amaba ese pueblo que no pudo conocer por él mismo.

MinHyuk sería el príncipe más encantador, y nadie tenía duda de ello. Nadie dudaría a un ser tan hermoso como él. Mucho menos su madre, Lisa.

Después de ese nacimiento, Lisa sintió aquella sensación con más frecuencia, con solo viendo a su hijo, escuchándolo, hablándole, tocándole, Lisa estaba tan feliz, y JungKook también, él amaba su vida, su familia, su esposa, y a su hijo.

Pero los celos son feos, JungKook los siente, cuando los años pasan y más niños y niñas giran alrededor de su rayo de sol, MinHyuk queriendo quitárselo, JungKook sabe que no está bien ser celoso con su hijo, pero él, él es su hijo y no puede evitar sentirlos, y sabe que está mal porque Lisa solo se ríe de él y le molesta, aunque todo se olvida con un beso de ella. Y alejando a todo infante, persona de su pequeño rayo de sol.

—Nada, absolutamente nada, se compara con el amor que les tengo, a ti y a mi hijo, princesa.

«JungKook ama a su familia, es feliz con su vida en el reino; Lisa ama a su familia, es feliz siendo la Princesa Jeon; MinHyuk, MinHyuk en feliz viendo a cierta persona.»