Kaguya quiere huir parte 1

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Hawaii un paraíso afrodisiaco, un lugar que hay que visitar por lo menos una vez en la vida, zona de hermosas playas, increíbles volcanes, maravillosos paisajes, etc, etc. Todo era paz y tranquilidad en este bello lugar... hasta que llegó Kaguya a romper todos los tratados y esquemas de paz que había en la isla para así poder declararle la guerra al amor. 

El plan de Kaguya estaba saliendo a la perfección. Las dos chicas habían llegado al hotel una hora antes que la familia Shirogane, reservaron su habitación en la suite presidencial del hotel en el que se iba a hospedar Shirogane, y como tenían tiempo de sobra; decidieron desempacar sus bikinis e irse directo a la playa para relajarse, después de una mañana estresante,  en lo que  esperaban a que llegarán el Presidente con su familia. 

– ¡Ahh! Esto es vida Hayasaka

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– ¡Ahh! Esto es vida Hayasaka.

– Hasta que por fin dice algo sensato Kaguya-sama.

– Haré como que no escuché nada. Estoy tan relajada que no creo que nada ni nadie pueda arruinar este maravilloso...

– ¡Oh! ¡Pero sí es Kaguya! ¡Woah! ¿Por qué no me dijiste que tambien venias a Hawaii?, nos pudimos a ver venido juntas Kaguya. – Dijo muy emocionada y molesta a la vez.

Kaguya que se encontraba recostada sobre un camastro, con sus lentes de sol puestos, disfrutando del sonido de las olas romper, mientras absorbía los calurosos rayos solares en su piel, y bebía una deliciosa y bien fría piña colada se vio interrumpida por su peor pesadilla... 

– Esa voz... no puede ser... acaso es de... – Pensó kaguya, mientras se encontraba indecisa en abrir los ojos y quitarse las gafas para confirmar su más terrorífica pesadilla.

– Ven Kaguya, vamos a jugar Volley con mi hermanita. Va a ser super-duper-divertido ¡jejeje!

– Definitivamente... es Fujiwara. No puede ser, ¿por qué a mí?, porque tenía que encontrarme a esa insaciable familia de devora hombres en Hawaii. Esas chupa almas van a robarme a mi Presi amado con esos tumores que descaradamente llaman boobies. ¡Ya sé! tal vez si me hago la muerta se aburre de mí y  me deja de molestar. – Pensó Kaguya.

Con su plan ideado, Kaguya, fingió no respirar ni moverse hasta que Fujiwara se alejara de ella pensando que se había equivocado de persona; ¡ahh!, esto me trae recuerdos de una bonita e inspiradora frase celebre que dijo alguna vez un fracasado, irresponsable y drogadicto hombre al que sacaban a palos del edificio en el que vivía por no pagar la renta a tiempo, recitando lo siguiente: "Podrán saquear y vender mis cosas, podrán humillarme y dejarme sin nada en la calle, pero jamas... y óiganme bien... porque jamas podrán tener la piedra de crack que tengo guardada en mi regordete ojete". ¡Qué tal! les dije que era todo un drogadicto ese sabio hombre, era hasta poético lo que salía por su hermosa boca. Pero bueno... regresando a la historia original, Fujiwara al igual que ese bendito hombre, no se rendía con facilidad; ella luchaba por lo que quería, utilizando cualquier medio necesario para cumplir sus objetivos, despues de todo era una hija ejemplar de un político ejemplar. Y así buscó diferentes maneras de "despertar" a Kaguya que fingía estar muerta. Primero probó con soplarle dentro de la oreja, como no funcionó probó con meterle un dedo húmedo con su baba dentro de la oreja, como tampoco funcionó probó con meterle un taladro dentro de la oreja; como no cabía probó con hacerle cosquillas en los pies, con lo que al fin consigue despertar a Kaguya de su letargo sueño. (Si eso tampoco funcionaba, Fujiwara pensaba usar el serrucho en sus pies... es broma... o tal vez no).

Kaguya-Sama: Love is war (Fan fiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora