Memorias

184 34 82
                                    

Esto fue difícil de escribir, al final les diré por qué. Espero que lo disfruten.

...

...

...

Hay aromas que te hacen recordar lugares y personas, para Alfred, quien regresaba a estar consiente, el aroma de las flores y la tierra mojada de aquel lugar mezclada con el tabaco y el picante de la madera que levantaba la vieja cabaña le resultaba incómodamente reconocible.

Su cuerpo frio, había entrado en calor gracias a la chimenea, recostado en el mueble poco acojinado y con algunas pieles. Su cuerpo dolía, ardía con los mil demonios. Gruñendo, recordó como había sido el juguete del dragón oscuro. Había sido un chiste ante la criatura y además...

Alfred se llevó el antebrazo al rostro. Recordar a Alice era mucho más doloroso que las heridas de su cuerpo maltratado.

<<No hice nada>> Mostró los dientes, furioso consigo mismo <<Es mi culpa>>

—Maldita sea...

El rechinido de la madera cercana le hizo captar un aroma que no conocía, alguien más estaba ahí con él, pero no se trataba de ese hombre raro pelirrojo.

Levantando la vista de mala gana, Alfred se vio observado por un par de ojos claros, celestes, del color de un cielo marítimo despejado y soleado, que sobresalían detrás de otro mueble.

<<Un niño>> Alfred respiró su aroma inconscientemente <<Un dragón>>

—Lo siento. No quise asustarte. —Dijo Alfred.

—¡No tengo miedo!

Dijo el niño dando un saltito de donde estaba. Sus mejillas estaban coloradas y sus labios temblaban al hablar. Era obvio que le tenía miedo a Alfred.

—Ah. Ya veo. Eres un chico valiente.—Alfred trató de sonreírle, pero su gesto fue triste.—Soy Alfred ¿Cómo te llamas?

El niño rubio mordió unos segundos sus labios antes de responder.

—Pe—Peter.

—Hola Peter.—Saludo Alfred y con cuidado se levantó. Sus ojos bajaron un segundo para observar la curación casera que le habían hecho. El sangrado había parado totalmente.

—¿Te duele mucho?—Preguntó Peter con semblante preocupado, dando unos pasos más hacia Alfred.—Trate de ayudarle a mi hermano mayor, pero aún no soy muy hábil.

<<¿Hermano mayor? ¿Ese pelirrojo? >> Se preguntó Alfred, cuestionándose porque Scott tendría en su resguardo a un pequeño. Esas cuestiones le hicieron sentir un vuelco en su estómago.

—Entonces, quiere decir que tú me curaste.—Señaló Alfred.—Gracias Peter, es un buen trabajo. Ya casi no me duele.

Peter pareció olvidar rápidamente el miedo que le tenía al ojiazul, y pronto le sonrió con ese alago de su trabajo.

—Umh.—Pero Peter pareció recordar algo y la vergüenza se reflejó en su inocente rostro.—Lo siento mucho.—Se disculpo.

Alfred frunció el ceño extrañado.

—¿Por qué?

Peter hizo una mueca.

—Por lo entrometido que es. —Dijo una segunda voz. Era Scott.

Cría de DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora