Spartan ||Chris Evans||

I.

Nimes, Roma 300 A.C

Las calles de Nimes se encontraban llenas de paja y sangre, solo hace unos minutos atrás se había realizado la pelea de ese día en el gran Coliseo. La noble Amanda Lannis era llevada hacia su vivienda por 6 esclavos que levantaban su carroza, siempre luego de cada torneo le gustaba pasearse por el mercado buscando cualquier cosa que le sea necesaria, incluso nuevo personal, el día de hoy fue malo para la dama de cortos cabellos castaños y mirada verdosa, su gladiador había sido cruelmente vencido y asesinado en la arena por su rival, cosa que la hizo perder una suma considerable de joyas importadas de Egipto, lo cual no le hacía gracia ya que solo Júpiter sabía cuánto le gustaban esas joyas, y ahora estaba sin joyas y sin campeón.

Pidió a sus esclavos que pararan y estos acatando la orden al instante lo hicieron ayudando a Amanda a bajar de su carroza; una vez abajo de acercó a una línea de hombres a un lado de un puesto de vinos, seguramente irían a ser vendidos o los llevarían a trabajar en los campos. A pesar de toda la suciedad y la falta de alimento que debían tener esos pobres hombres la hermosa mujer notó que uno era muchísimo más grande que el resto, se acercó, lo examinó de cerca y simplemente dijo:-Llevenlo con nosotros.

Atentos a las ordenes los guardias que venían siguiendo a la joven desde atras siguieron sus palabras y tomaron al hombre que ejerció una mínima de fuerza mientras ella dejaba en la mano del vendedor de vino un par de monedas de oro comprando así la vida del hombre y una rara botella de la deliciosa bebida que llamó su atención. Se acercó al hombre y este demostró no tener miedo, era masivo, poseedor de músculos que solo los antiguos dioses poseen.

-¿Tienes nombre?-preguntó al hombre atractivo.

-Mi nombre es Chris.

-Bueno Chris será un placer para ti, por a partir de hoy en adelante me llamarás mi señora.