Una pequeño recuerdo

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Viernes 20 de Julio del año 2018, Discurso del Profesor de Informática Carlos Alberto Perochena Rodríguez, dio este discurso después de que todos hayamos terminado de presentar nuestros primeros proyectos. Esa noche lo grabé con mi teléfono, quería guardarlo, significa mucho para mí.

-Todos somos programadores en este mundo, todos en lo absoluto, todos programan, un simple ejemplo de ello son los horarios de clase, las actividades a realizarse, la hora de tomar el desayuno-tose un poco y luego continua- Como les dije muchas veces y millones de veces, hay personas que programan, pero pocos son programadores-se acercó a la pizarra y escribió con un marcador dos palabras iguales, el primero estaba escrito en mayúsculas (PROGRAMADORES) y el segundo en minúsculas(programadores), ustedes mismos véanlo, es mundo es así, en el mundo real tienes estas dos opciones a escoger, puedes ser o estar entre MAYUSCULAS o minúsculas; hay muchos informáticos pero pocos los que realmente programan...como también hay muchos que juegan futbol y pocos son FUTBOLISTAS-cogió la botella de agua y bebió un poco-Profesores hay muchos, pero pocos son los que enseñan, jóvenes ustedes deberán ser buenos programadores y con eso no me refiero a que se sienten todo el tiempo frente a una computadora y digitar hasta que el cerebro colapse...No...nada de eso, quiero que programen su vida, su futuro, sean buenas personas- se paró frente a nosotros y nos miró a todos, caminó hasta su escritorio y prosiguió-yo tenía 22 años cuando comencé a programar, era estudiante de Ingeniería Química en la UNSA..A esa edad agarré una computadora y antes esas máquinas eran muy pesadas, ahora ustedes tienen una portátil y lo pueden llevar a todo lugar, hace 20 años yo no tenía una computadora, mis padres me enviaban dinero de vez en cuando para poder sostenerme y a veces trabajaba en mis tiempos libres, me gustaba-esa última frase hizo brotar algunas lágrimas de mis ojos, yo lo entendía, su historia yo lo vivía y estos días estaba pasando por algo muy grave, no pude contener las lágrimas-Ustedes serán mejores que la generación de nosotros los de 70 o 80 ...Con esto culminamos nuestra última clase. A todos les deseo Felices Fiestas Patrias.

Todos nos pusimos a aplaudir, hubo de todo, era el fin del primer siclo, intercambiamos tarjetas UBS y ficheros entre todos, cada quien recogía sus cosas e iba saliendo no sin antes despedirse del profesor que se encontraba sentado.

Yo era el último y cuando llegó mi turno de despedirme, le di la mano y con algunas lágrimas en los ojos le dije. -Muchísimas gracias mi estimado profesor, en verdad que le agradezco mucho- él se levantó y me dio un abrazo.

-Gracias Rommer por enseñarnos que todo se puede, mírate, estas lejos de casa, pero pudiste superarte, esto aún no termina y cada día irás prendiendo más...ahora ve a vivir tus vacaciones...disfrútalos día a día, ve hijo, anda que tus compañeros están esperándote- Sus palabras fueron muy poderosas para mí, significaban mucho, nunca los olvidaré, asentí con la cabeza a muchas de sus comentarios, me despedí de él dándole nuevamente la mano y con una sonrisa.

Todos salimos en grupo esa noche, casi todos éramos todos hombres, Mauricio, Pedro, Víctor, Jonatan, Fernando y Adriana fue la única mujer del salón en todo este siclo.

Siempre suelo caminar a pasos apresurados, pero Adriana me detuvo. -Oye caroso aun no te vayas, ven con nosotros. Le hice caso. Todos iban hacia el kiosco.

Entre todos compramos una botella de Coca-Cola y un pastel enorme, todos fuimos a sentarnos en una mesa enorme que los alumnos usábamos para hacer planos y entre otras cosas. Ya eran más de las diez de la noche, no dejaba de mirar una y otra vez mi teléfono.

-Ahora muchachos a repasar e investigar todo-comentó Mauricio mientras se agachaba a amarrar las cuerdas de sus botas oscuras.-Rommer, aprendiste bastante, la primera clase no conocías nada, ahora a hacer los deberes y practicar o sino para eso está la correa-luego dirigió la mirada a los demás –todos aprendimos mucho, hasta Rommer hizo su primer sistema de facturación y una página web-Todos se rieron, también lo hice, Mauricio era como un hermano mayor para mí, en realidad todos lo fueron, solamente tengo 18 años y he aprendido a sobrevivir muy lejos de casa, muy lejos del calor de los abrazos de mi padre, aun no puedo creer que lo haya logrado. Todos intercambiamos palabras y entre apretón de manos y abrazos nos despedimos en la puerta enorme del Instituto. Estaba dichoso, me sentía cada vez más fuerte, aún falta mucho, pero lo estoy logrando todo está saliendo según mis planes... 

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⏰ Last updated: May 08, 2019 ⏰

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