Tan pálida fue aquella noche, tan triste estabas mi bello cielo que las nubes ocultaban tan hermosa luna, pero más fuerte eran tus lamentos que a tu alrededor una laguna formaste. Intenté cruzar, pero las olas eran cada vez más fuertes, intente brillar para que me vieras, pero la brisa golpeaba con gran esmero, y ahora para qué seguir luchando contra una tormenta si al terminar solo quedara un cielo roto.