TESTIMONIO DE UN PERIODISTA:
En 1992 trabajaba en el área de prensa en un canal de televisión en Lima y yo era el responsable de la noticia que salía al aire. Me llamó la atención que comenzaron a suceder una serie de asesinatos en las playas de Barranco. Los crímenes sólo ocurrían cada semana y todas las víctimas eran hombres jóvenes. El caso se volvió muy intrigante y casi sin darme cuenta los investigué personalmente. Cada domingo esperaba hasta las 2 de la madrugada en el mirador que se encuentra al final del camino que pasa al lado de la Ermita de Barranco, y después de 4 semanas tuve el encuentro más escalofriante que alguien pueda vivir. Aquel último domingo pasada la medianoche, el puente de Los Suspiros estaba desolado y yo perdía las esperanzas de encontrar algún indicio que explicara el caso. Repentinamente se me acercó una vendedora de picarones de unos 60 años que me dijo: -Usted es periodista - Sí , -le repliqué- Cómo se ha dado cuenta? - Porque usted espera algo o alguien. Pero yo sé a quién espera. Mejor váyase a su casa.- terminó. Pero yo no podía irme. Necesitaba llegar al fondo del asunto. -Esa mujer que usted espera es una bruja. Hace más de 90 años hizo un pacto a cambio de llevarse a ocho hombres al infierno- me dijo. - ¿Y cómo sabe todo esto? - Aparece cada 60 años, mi madre cuando era niña la vió y también mi abuela, que ya vendían picarones desde los años 20. Ha matado a varios, no le vaya a pasar a Usted.- me dijo. Pensé en hacer una ronda más por el lugar antes de retirarme. Pero realmente, no debí dar ése fatídico paseo final. Caminé hacia la iglesia y me dirigí al mirador al final del pasaje. Estaba completamente solo y hacía un frío indescriptible. Antes de llegar al mirador encontré a una pareja conversando. El hombre tenía como 30 años y portaba una casaca de cuero negra, sentado en un muro dándome la espalda. Él estaba con una mujer muy joven, como de 25 años, que no hablaba nada. Sólo él acaparaba la conversación. La mujer tenía un largo cabello completamente negro al igual que su vestido. Sus pómulos y labios también maquillados del mismo color. Cuando ella me clavó la mirada me quedé petrificado porque lo hizo con el odio más profundo que he sentido en mi vida. Continué mi camino hasta llegar al mirador. Estuve unos 20 o 30 minutos pero el frio era insoportable y decidí irme. Giré mi cuerpo para retirarme y casi quedé paralizado de la impresión al percatarme que la mujer estaba tan cerca mío que nuestras narices casi rozaron. Me miraba fijamente el cuello con extraña obsesión. Sus labios negros estaban resecos y de su piel emanaba un olor horrible. Me miró fijamente a los ojos y me dijo: - ¿sabes que hora es? LA HORA DE LOS MUERTOS..!! Al abrir sus labios dejó ver unos dientes completamente destruidos y viejos llenos de musgo negro que despedía un olor fétido, como si fueran los dientes de un cadáver. Tuve una crisis de pánico y sólo atiné a empujarla para huir despavorido hasta el puente de Los Suspiros. Cuando miré hacia atrás ella había desaparecido. Aún conmocionado por la experiencia me fui al canal, porque yo era el responsable del primer noticiero matutino. A las 5:50am, llegó el equipo de prensa con la noticia de la noche policial. Mostraron su grabación de un nuevo crimen en la playa y me quedé estupefacto: encontraron el cuerpo del mismo hombre que conversaba con la misteriosa mujer, al que reconocí por la casaca negra. Le habían cortado el cuello de oreja a oreja. Quería constatar una leyenda sobre una vampira asesina en Barranco, y sin imaginármelo la tuve cara a cara. Han tenido que pasar 20 años para que yo pueda regresar al mismo sitio, porque nunca volví a ser el mismo.
3 Abr 2019
