Pestañeo varias veces para acostumbrarme a la luz cegadora que se encuentra ante mi. Suspiro, la cabeza me mata del dolor. Cuando por fin mis ojos se acostumbran a la luz logro ver una sombra que se acerca hasta hacerse visible.
—¿Tu?, ¿enserio?.
—Si, yo.
Esto no me lo esperaba.
TRES HORAS ATRÁS
Miro mi reloj son las 08:00 am mi chófer apaga el auto frente a la empresa familiar, mejor dicho la empresa de mi padre como el cree.
Salgo del auto para dirigirme a la empresa de papa a revisar las ofertas de posibles inversores y entregarle unos documentos.
—Vuelvo en diez espérame aquí.
—Pero...
—Espérame, aquí afuera, ¿entiendes?.
Voy por las puertas giratorias de cristal hacia los ascensores, presiono el ultimo botón.
Cuando se abren las puertas lo primero que veo es a la joven y sensual "secretaria" de mi padre, apuesto a que se la coje.
—Buenos días señorita Davileyni.
Asiento en su dirección con una sonrisa falsa. Ni siquiera quiero dirigirle la palabra. sigo sin mirar a tras a la oficina de mi padre.
—Señorita Davileyni.
Viene desde su escritorio hacia mi bajo mi atenta y cautelosa mirada.
—El sabe que estoy aquí.
—Y entonces por que no lo se—dice educadamente con tono acusatorio.
—Ese no es mi problema—digo intentando entrar.
Ella me detiene.
—No te dejare pasar—dice mirándome a los ojos.
Me subo las mangas mentalmente aquí se va a armar.
—A-par-ta-te.
—No lo haré, solo estoy haciendo mi trabajo.
—Y yo quiero hacer el mio.
—Odio las personas como tu, van por la vida pisando todo y a todos, mienten hacen daño y aun así salen ilesos, nacen en cuna de oro y por eso creen ser Dios—dice sin dejar de mirarme.
Te las tenias guardaditas, ahora me Vas a escuchar.
—Sabes que odio.....
—Ademas de el trabajo en equipo, tratar bien a las personas que hacen todo por ti y ser amable.
—1- era una pregunta retorica y 2- odio a las personas que juzgan a los demás sin conocerlos bien, a las personas que no hacen bien su trabajo y a las personas que van donde nadie las llama.
No le digo mas por respeto a las pareces que me escucharan el resto de mi vida insultar a esta chica. La observo esperando su reacción.
—Zorra—dice mirándome de arriba a abajo.
Ya me escucho ahora me va a sentir.
—Mira......
Una joven sale de la oficina de papá arreglándose interrumpiéndonos nos mira y baja la cabeza avergonzada para seguir su camino hacia el ascensor.
—Que esta pasando aquí—dice papá apareciendo por la puerta.
Las dos miramos a papá.
—Señor Oscar su hija....