Desde que recidían en los dormitorios de U.A, a los alumnos de la clase A se les había hecho la costumbre de todos los fines de semana reunirse para ver algunas películas, divertirse con algunos juegos o simplemente salir y tomar algo.Para su lástima, a veces tenían muchos deberes y no podían juntarse, está semana era uno de esos casos. Su profesor Aizawa y otros más les habían encargado tarea hasta que se cansaron.
Claro que hubo quienes no les tomó mucho tiempo hacerla, algunos ejemplos eran Yaoyorozu, Todoroki, Bakugo e Iida. Por otro lado, estaban también quienes dejaban todo para al último, los que tardaban en hacerlo y las personas que no entendían mucho y batallaban.
Momo sabía que sus amigas iban a tardar más que un par de horas en terminar, por lo que mejor pidió permiso y se retiró a su casa para pasar allá el fin de semana, lo mismo hicieron Shoto y Tenya. A Katsuki no le importaba mucho no interactuar con nadie y no quería volver con la vieja bruja de su madre, así que él fue el único que se quedó.
— Bro, por favor. — dijo Kirishima.
— Maldita sea, ya te he dicho más de cien putas veces que no. — abrió la puerta del refrigerador y sacó una botella de agua.
— Blasty no seas así, pásanos la tarea y no te volvémos a molestar, te lo juro. — el pelirojo estaba desesperado, al igual que el rubio, la pelirosa y el azabache detrás de él. Entendía algunas cosas, pero no estaba completamente seguro de que estuvieran bien.
— Sólo dejen de molestar, joder. — musitó mientras intentaba alejarse de esos cuatro que lo perseguían desde la mañana.
— Bakugo, tú eres muy inteligente. — esto sacó una sonrisa arrogante en el rubio cenizo. — Trata de ser un poco empático y préstanos tus libretas.
— Mira ojos de mapache, puedes adularme todo lo que quieras. — sonrió ladinamente. — Pero ni así les prestaré mis apuntes ni a ti, ni al trío de idiotas y a nadie en este puto edificio.
— ¿A nadie en este edificio?
— Si, eso fue lo que dije, pikachu. — frunció el ceño.
— Entonces, ¿eso quiere decir que si salimos de aquí si nos pasarás las tareas? — razonó Hanta.
— ¡Lárgense antes de que los explote! — amenazó haciendo estallar la botella en su mano.
Los cuatro salieron corriendo de allí, sabían de lo que era capaz su amigo —si, ellos lo consideraban un amigo pese a que este no dudara en explotarlos —.
Mientras esto sucedía, la castaña estaba sentada en uno de los sillones y fue testigo de todo lo que pasó. Cuando su amiga rosada y los otros tres huyeron, ella se quedó viendo fijamente a Katsuki.
La verdad es que desde hace un rato lo estaba buscando, quería pedirle ayuda con la tarea de matemáticas, no estaba muy segura de lo que le diría pero ahora lo había confirmado, su respuesta sería un rotundo no. Si así fue con "sus amigos", ¿que le esperaba a ella? Una simple extra, como él decía. De pronto, una voz la sacó de sus cavilaciones.
— Cara redonda, ¿se puede saber que diablos quieres?, ¿por qué me miras tanto?
— ¿Eh? Perdón, ¿decías algo Bakugo-kun?
— Nada, olvídalo estúpida. — chasqueó su lengua.
— De hecho si quiero algo.
— Ah, bien por ti. — dijo completamente desinteresado, cosa que Uraraka notó pero lo ignoró.
— Bakugo-kun, quiero que me ayudes con mi tarea de matemáticas, si es posible también con la de inglés. — sabía la respuesta, pero el que no arriesga no gana, ¿cierto? Quizá y se apiadaba de ella.
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Mensajes y deberes.
RomanceUraraka necesita ayuda con su tarea y Bakugo es el único que se la puede brindar. Honestamente él no quiere ayudarla, pero quizá unos cuantos mensajes en la madrugada puedan hacerlo cambiar de opinión.