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A diferencia de lo que le han hecho creer a la gente, no están intentando tener hijos. Manuel sabe bien que Miguel tiene un frasco de supresores escondido en alguna parte del dormitorio. También ha notado que se mantiene fuera de vista cuando su celo esta cerca. Manuel se limita a trabajar y salir a fumar en un parque cercano cuando eso pasa, a pretender que no se da cuenta.

No le menciona nada a sus padres cuando dicen que es cosa de que sigan intentando. Fuera de los problemas de siempre, todo esta tranquilo y Manuel esta bien con las cosas yendo como lo hacen.

Los problemas empiezan cuando el hermano de Miguel tiene su primer hijo. Julio y Daniel viven en Paraguay, y han estado unidos por un poco menos que Manuel y Miguel. Miguel y Julio siempre hablan por teléfono, y Manuel recuerda vagamente que en algún momento Miguel mencionó algo sobre un bebé. La verdad no estaba prestando mucha atención.

Ese día vuelve a casa temprano—porque no había nada que hacer en la editorial y se aburría demasiado—y al abrir la puerta se encuentra con Miguel sentado en el sillón de la sala, jugando con los pies de un bebé.

-¿Y ese niño?

Pregunta, dejando sus cosas del trabajo a un lado del mueble donde su omega le hace caras a la pequeña criatura. Miguel apenas se vuelve a mirarlo por un par de segundos antes de regresar su atención a donde estaba.

-Es niña. Se la estoy cuidando a Julio un rato.

-Ah.

Es todo lo que dice Manuel antes de empezar a dirigirse hacia el dormitorio.

-¿No vas a venir a conocer a tu sobrina?

Pregunta Miguel, deteniéndolo en su camino. Manuel se voltea resignado, regresando al sillón para inclinarse sobre este y ver mejor al bebé.

Es pequeña, con las manos cubiertas con guantecitos rosados que muerde en un intento por sacárselos de encima. Manuel se remueve, de la nada algo incómodo y sin saber qué decir.

-No sabía que andaban de visita.

-¿Cómo que no? Si te dije que venían.

Manuel se encoge en hombros, continuando su camino hacia la habitación.

-Se me debe haber olvidado.

Miguel, que sigue sin quitarle los ojos de encima a la bebé, no puede evitar suspirar pesadamente.

Vacíos TemporalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora