¿Por qué?

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No puedo quejarme, no nací para hacerlo. Yo era feliz compartiendo con mi familia en nuestra pequeña y humilde casa.

Dios, sí que éramos felices.

Por desgracia el ser humano es un ser inconformista, sediento de más y ambicioso. Quizá no era nuestro caso directamente pero sí fue el que nos condujo hasta aquí.

No soy amante del arrepentimiento, sin embargo no dudaría en revertir el tiempo y transportarnos al inicio. Me gustaría estar de nuevo en aquella calle justo en el momento en el que oímos de él por primera vez.

«¡Sin duda es lo mejor!»

«¡Es la calidad de vida que nos merecemos!»

«¡El gobierno por fin hace algo para cubrir nuestras necesidades en vez de robarse los ingresos!»

Todas esas voces extasiadas por el engaño, admirando y repitiendo lo que las lenguas transmitían. Eran alegres... me corrijo, éramos alegres haciéndonos los ciegos.

No somos seres insatisfechos, ni desagradecidos; por el contrario, hemos crecido amando cada una de las cosas que poseemos, amando a todas las personas que llenan nuestros días, pero ese día una melodía con aspiraciones golpeó nuestra puerta.

Aún recuerdo a Zizí, mi abuela, riendo y saltando en un pie por la dicha de poder engordar y terminar sus días en un ambiente agradable, lleno de paz.

Al inicio mis padres estuvieron dudosos en abandonar nuestra reciente y cómoda vivienda que tanto les había costado adquirir. Pero, muy a mi pesar, terminé por convencerlos de que mudarnos era nuestro boleto de oro.

¡Maldición, qué imbécil fui!

Corzle jamás será lo que nos muestran. Nunca será el lugar perfecto e ideal para vivir. Es sólo mierda camuflada, bañada en fragancia.

No caigan en el engaño. No caigan... no caigan en las...

Mentiras.

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2020 ⏰

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