Mi alma arde al sentir el agua que roza mi piel, el tiempo no existe cuando nado utilizando toda mi capacidad. En el carril 4 me desenvuelvo con la ambición de ganar, con cada torneo me acostumbro más a la idea de querer ser el número 1. En el carril 5 nada quien no me deja olvidar el sueño que persigo, mi guía en este mundillo y mi eterno rival.
Toco la pared y miro a Rin, los altavoces resuenan:
«Haruka Nanase–san, en el carril 4, y Rin Matsuoka–san, del carril 5, han establecido un nuevo récord en este torneo».
El público estalla en aplausos ante nuestro empate. Rin ríe lleno de orgullo, yo sonrío. Con este resultado me aseguro un puesto en la gran selección que será en 2 meses, quienes ganen entrarán al equipo nacional de natación de Japón.
—¡Excelente, Haru! —Rin me alcanza en mi retirada, con las palmas abiertas.
—Sí —levanto mis manos para chocar los cinco.
Vamos por el pasillo que conecta la piscina con los vestidores, al fondo están mis amigos. Nagisa Hazuki corre hacia mí y me abraza. Rei Ryugazaki, mi otro kōhai, se acerca con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Haruka–senpai, felicidades! —me dice Rei, y aleja amablemente a Nagisa—. Nagisa–kun, déjalo respirar.
—Lo siento, Haru–chan —ríe Nagisa.
Makoto nos sonríe con su clásica expresión de comprensión. Sé que le hará feliz que me deje querer, además los chicos viajaron a Tokio para vernos, les agradezco con cariño a Nagisa y Rei, lo que provoca más chillidos eufóricos de Nagisa. Ya no somos compañeros de equipo, pero sí amigos por siempre.
Adelante de nosotros, Rin es interceptado por Sosuke Yamazaki y Kisumi Shigino, sus mejores amigos, además de Seijuro Mikoshiba, nuestro senpai. Felicitan a Rin, causando que se sonroje. Tanto sus amigos como los míos son escandalosos, la diferencia es que Rin sabe manejar situaciones así y yo no.
Por la esquina aparecen Ikuya, Asahi y Hiyori, solo Asahi nadó y los otros vinieron a apoyarlo. Ikuya comienza a caminar a paso ligero, se le nota impaciente. Más velocidad y estaría trotando por el pasillo. Extiende sus brazos y envuelve a Rin con ellos. Por un segundo creo que Rin retrocederá, pero él toma a Ikuya por la cintura, eliminando el mínimo espacio que pudiera existir entre sus cuerpos.
Asahi, Hiyori, Kisumi, Seijuro, Sosuke y yo quedamos perplejos, mi grupo sigue en su amena conversación y no se percata de nada.
—¡Felicidades, estuviste impresionante! —exclama Ikuya.
—Viniste después de todo... —Rin solloza.
—Quería sorprenderte.
—¿Haru? —Makoto se para frente a mí—. ¿Qué sucede?
—Adelántese, estaré afuera en 10 minutos —respondo.
—¡No tardes, Haru–chan! —me pide Nagisa, mientras se marchan.
Rin e Ikuya se separan e intercambian unas palabras con demasiada formalidad, como si fueran jefe y empleado, algo que no concuerda con el abrazado que acaba de ocurrir. Los demás continúan hablando. Nada parece extraño ahora. ¿Habré mirado mal?
Entramos al vestidor en silencio, Rin se viste rápido y me surgen dudas. ¡Ah, cierto, los chicos me esperan! Debo apresurarme. Me concentro en estar presentable y pronto me viene una idea:
—Vamos al acuario. Nagisa compró boletos en promoción y nos sobra uno —la parte del acuario es verdad, el resto, no.
—En otra ocasión, gracias. Quiero descansar. Adiós.
Permito que se adelante, tras un instante, lo sigo. ¡No, no lo sigo! Simplemente que los dos nos dirigimos hacia la salida. Afuera del polideportivo, caminamos directo a la parada de autobuses. Antes de llegar, Rin cruza para alcanzar unos automóviles en el estacionamiento. Reconozco el automóvil de Kisumi y el de Hiyori.
—Haruka–senpai, pronto vendrá el autobús —me informa Rei.
Mis ojos siguen en el otro grupo.
—Asahi me contó que Tono–kun los invitó a un café famoso por sus postres y bebidas de pistacho. Falta Mikoshiba–san por su trabajo —me explica Makoto en voz baja.
Mi curiosidad es evidente y me molesto conmigo mismo. No quiero involucrar a nadie en esto, menos a Makoto.
—¿Desde cuándo le gusta lo dulce? —murmuro.
Abordamos el autobús correspondiente, me siento junto a la ventana para ojear un poco más. Rin entra al mismo automóvil donde van Ikuya y Kisumi. Un detalle me incomoda: él me dijo que quería descansar e ir a un café es lo opuesto a eso. Me da igual que no le interese el acuario, solo no debería mentirme... Aunque yo le haya mentido primero...
—Tranquilo —dice Makoto, que va sentado junto a mí.
Sí, estoy inquieto... Qué ridículo.
Cierro los ojos, me pierdo en los sonidos de la ciudad y las voces de Nagisa y Rei. Reconozco que el tiempo ha pasado y nada será como fue ayer. Creo que es momento de enfocarse en el futuro. Es solo que los cambios me irritan y definitivamente hay algo diferente en el ambiente, y eso que con frecuencia soy inconsciente de mi entorno.
Me inclino para reposar mi cabeza en el hombro de Makoto, todos podrían creer que duermo, excepto él. Me conoce demasiado y sabe que lo único que necesito ahora es su calor. Acaricia mi mano con sus dedos, reconfortándome. Hoy no estoy para juegos y capturo su mano para entrelazar nuestros dedos, no lo soltaré hasta que lleguemos al acuario.
Percibo como su cuerpo se estremece y me siento victorioso.
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Sentimientos paralelos | RinIku [Rin x Ikuya]
Fanfiction«Uno no decide de quien se enamora, el amor es universal e indiscriminado, que tarde o temprano llega a tu vida». Haruka Nanase creció escuchando tal frase y pensaba que nunca se enamoraría, hasta que todo cambió una tarde de verano, cuando presenci...