"Caprichos"

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Emma's prov:

Abrí los ojos estando en la sala. La chimenea me abrigaba, además de una extraña y acolchada chompa de algodón.
Era marrón con peluche blanco en su interior, y tenía un olor peculiar a tabaco.
Sabía lo que era, generalmente Yuugo fumaba en su habitación a escondidas de sus padres, pero me preguntaba el por qué esta vez.

Me alteré un poco, ahora él estaba en mí mente no importaba que. Era una tortura real.

Entre cerré mis ojos, observando las llamas del fuego abrasador envolver los troncos y piedras de leña.
Recordaba vagamente las cosas del día anterior. Había estado en un "hospital" pensé que sería una nueva casa, pero no era así.
Un lugar concurrido, lleno de gente. Caras sospechosas y decaidas, un fuerte olor a plástico y personas corriendo con un halo de desesperación.

Volví a casa sin una sola gota de energía en mi cuerpo. Cómo si hubieran drenado. Había sido internada por poco más de cinco horas. Una pesadilla sin dudar.
Las comidas hechas sin amor, el cubre cama helado, las enfermeras hostiles y sobre todo, los medicamentos.
Podía sentir el líquido de suero pasar por cada una de las venas de mi cuerpo; no me explico si ese fue el peor momento de mi vida.

~

Abrazaba mis rodillas al recordar todo eso.
Sentí una mano en mi hombro. Voltee lentamente;

—Emma, ¿ya te sientes mejor?—

Era Norman, con una cara preocupada. Traía consigo una taza, la cual contenía un líquido marrón claro.

—Te traje algo de chocolate caliente—

Dijo sentándose a mi lado, tomé la taza en mis manos, si estaba realmente caliente. Dudé de tomarlo, nunca había oido hablar de este.
Lo tomé; era la mejor bebida que había tomado jamás. Tan pronto lo acabé, le pedí a Norman que me dijera como se hacía. Él, se ofreció a traerme otro. No demoró mucho, y fue así, una, dos, tres y muchas veces más.

No me di cuenta de lo pedilona que estaba siendo, pero parecía que al Albino le divertía. Se mostró con una sonrisa cuando me disculpé.

—No te disculpes, es nuestro deber cuidarte y servirte ahora—

—¿deber?—

Me sentí extrañada, no entendía el por qué Habría de ser su deber, ¿acaso planeaban regalarme y para eso me necesitaban en buen estado?

No podía evitar ponerme nerviosa por un momento.

—No, usé mal la palabra. Más bien, queremos servirte ahora. Que te sientas a gusto—

Solo pude mirarle con algo de sorpresa, pero callada.

—Dime cualquier capricho que quieras, yo lo cumpliré—

—¿Eh?—

—No debes preocuparte—

Él sonrió y me dio un beso en la mejilla. Me dio cosquillas, fue divertido.

—¿Puedo volver a beber "Chocolate caliente"?—

💞┇ʜᴏᴘᴇ ᴀɴᴅ ʟᴏᴠᴇ 🔹fαиfι¢🔹|ʙʏ: ᵘᵐⁱᵗᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora