Un paréntesis en nuestro amor...

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Pasaron unos meses, todo seguía igual mi vida se hundía en una espiral de sexo , dinero , regalos y compras. Se podía decir que nuestro romance en la oficina era un secreto a voces, pero yo quería algo más. Quería que yo fuera la única mujer en su vida, para así poderme fundir su pasta.

Un martes cualquiera recibí la llamada de Mario, mi mejor amigo.

-Hola preciosa.- Sonreí  por fín me llamaba hacia meses que no hablabamos. Después de una larga charla decidimos quedar para tomar algo.

Porfin, llegaba ese momento de ver a Mario, me pusé el vestido rosa que sabía que tanto le gustaba.

Llegaba tarde como siempre , me senté y pedí una mixta . Después de unos minutos , allí apareció él con su chupa de cuero y su moto. Me miró con su habitual sonrisa. Me pusé de pie muy deprisa me cogió en brazos y me dió vueltas en el aire, parecía una historia sacada de una pelicula de amor, pero para mi desgracia, sólo eramos amigos.

Pásamos toda la tarde entre risas, me hizo llorar recordando nuestra infancia y cuando intentaba quitarme el rimmel de los ojos. Mario de acercó y me besó, no sabía como podía estar pasando esto. Pero era lo que más deseaba en este momento. Me confesó su amor y  yo le dije que también sentía algo por él. Pero por el otro lado estaba la "secreta relación " que yo mantenía con mi  jefe, Ángel.

Aquella noche fue el momento en el que Mario y yo empezamos a salir juntos oficialmente. Nos fuimos a celebrarlo a una discoteca muy conocida de Madrid. Nos costó mucho entrar pero mereció la pena. A partir de aquí los recuerdos están un tanto borrosos, pero puedo contarlo.

Cogí mi cubata de la barra, aquella noche iba a beber para celebrar el éxito de mi vida amorosa y mis planes laborales. Mario se acercó a mí con su sonrisa perfeccta, y  me susurro al oido la frase que nunca habría deseado oir.

- Nena, tomate esto, te hará sentir genial.-

Yo como una tonta y embelesada por sus ojos marrones accedí, fuí al baño y me la tomé.

Después me entraron unas ganas irrefrenables de besarle el cuello a Mario o a cualquier tío bueno que se me pusiera por delante. Baile con ocho chicos diferentes y casi llego a acostarme con ellos, si Mario no me hubiera cogido.

-Eres mi heroe.- Le dije mientras el me dirigia a los sofas de la planta de arriba de esa discoteca, donde porsupuesto, no podía entrar cualquiera. En el sofá rojo, cometí el error más grande de mi vida.

Varias horas después me despertó el portero de aquella discoteca, era la hora de cerrar y yo estaba desnuda en la zona VIP . Me vestí a toda prisa y me dirigí hacia las oficinas, con el mismo vestido rosa de aquella tarde. Cuando llegué Angel me llamó, quería que entrará en su despacho, bajo los efectos de aquella pastilla yo supuse que querría echar el polvo mañanero que tanto nos gustaba y entré con el vestido rosa, sin nada debajo. Me lance y al terminar decidió hablar conmigo. 

-Esto debe acabarse, no podemos seguir así , mi mujer ha empezado a sospechar y al fin y al cabo lo nuestro solo es sexo, soy tu jefe. Tú me atraes muchisimo pero nuestra relación a partir de ahora será tan sólo laboral.- me dijo.

-No puedes dejarme así, no sabes todo lo que necesito ahora esto.

Amores imposibles (La historia de mi vida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora