-Ella escribió una nota en su cuaderno-
La nota decía lo siguiente:
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¿Por qué no puedes amarme?
Por qué llorar por ti, si tu ni piensas en mí.
No, no vale la pena llorar.
Ni una lágrima más de mis ojos brotara por ti.
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El al leer la, quiso decir algo, pero mejor calló.
Pensó por un instante y se marchó.
Mientras avanzaba, por su mejilla se deslizó una lágrima.
Él pensó: porqué no pude decir nada, si de verdad la amaba.
El voltio para hablarle, pero ya no está va, se avía ido y junto con ella su corazón.
El volvió varias veces, a ese lugar donde se encontraba todas las tardes con ella.
Después de unos días se encontró con un amigo:
Alejandro: Hola Diego, ¿Cómo estás?
Diego: Hola Alejandro, bien y tu ¿Cómo estás?
Alejandro: Bien gracia.
Oye una pregunta?
Diego: si di me ¿Qué paso?
Alejandro: ¿Por qué llevas días viniendo aquí?
-En ese momento de su ojo calló una lágrima y el bajó la mirada-
Diego: Es que, hace un mes, Camila (la ex novia) se fue de este lugar, y siempre vuelvo con la esperanza, de algún día volver a ver la.
Alejandro: Entiendo, pero mira me, no llores, yo sé que el destinó los volverá a unir, ten fe en ello.
Diego: si gracias Alejandro, ya me voy a mi casa.
¡Buena tarde!
Alejandro: De nada Diego e igual ¡Buena tarde!
-Los amigos se despidieron y tomaron camino a casa-
Horas más tardé.
Esa misma noche el chico se sentó a la ventana, y vio pasar una estrella fugaz, el chico pidió un deseó.
Deseó volver a reencontrar se, con la chica que amaba tanto.
