"Movil"

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-- Todo Fuera De Control, Soy Móvil --

Estoy solo, sentado al final de la clase, siempre sucede lo mismo y la verdad está bien así, me siento tranquilo solo escuchando esa música que tanto me gusta, soy yo y mis audífonos.

Luego vuelvo, miro a mi alrededor, mis compañeros están alli, se ríen y hablan, supongo que se ven alegres, de la nada alguien me toca el hombro, es Melanie, en realidad ese no es su verdadero nombre, el de verdad es Bárbara pero ese nombre no es de mi agrado por eso prefiero llamarla Melanie, suena mucho mejor, somos amigos hace tiempo y creo que desde que la conocí la llamo así y pues creo que ya se acostumbró---Voltee hacia Melanie--- Vaya que está niña no tiene ninguna gracia; me solté uno de los audífonos y le dije:

--¿Que te pasa?
--¿Porque no hablas con nosotros?
Dijo Melanie que estaba con unos chicos del salón.
Sonreí incómodo y le dije:
-- Tranquila, me divierto más así como estoy

Melanie solo giró su rostro para continuar su conversación y dijo entre dientes, lo escuche casi como un susurro "aveces enserio no te comprendo Alex" esto me causo un poco de gracia, ella habla de mi como si fuera alguien de otro planeta, lo único que hice fue colocarme el audífono, me deje llevar de nuevo por la canción ¿No les pasa que sienten que la letra de su canción favorita encaja con su vida?, Eso es algo que a mí me pasa a menudo.

Siempre me he considerado diferente a los demás, aveces me gusta serlo, otras veces lo odio, soy bastante inseguro sobre muchas cosas sobre mi, sin embargo creo que son cosas de la edad puesto que tengo 15 años, mi relación con mi familia nunca ha sido la mejor, por eso me esfuerzo demasiado en mis estudios, para no tener que lidiar con ellos, soy hijo único y ahora estoy en décimo grado, mis padres me contaron alguna vez que iba a tener un hermano, pero murió en el parto, no le di importancia a eso, después de todo no creo que mi situacion fuera diferente con un hermano, mi padre tuvo una hija con otra mujer que no es mi madre, me han dicho que es más pequeña que yo, la verdad nunca la he visto, ni me interesa conocerla tampoco, aparte de la escuela no hago nada más con mi vida, solo me quedan dos años aquí, creo q ya debería tener pensado que hacer cuando esto termine, sin embargo no tengo nada planeado, tengo miedo... miedo de no estar preparado para crecer.

--¡OYE, LLEGO EL MAESTRO!

Me sobresalte ante ese grito, era Esteban, un compañero del salón que le gusta hacerse el gracioso con todos, el me causaba gracia, era bastante payaso algunas veces.

-- Me asustaste Esteban, pero gracias por avisarme, será mejor que guarde mi teléfono si lo quiero conservar.
-- Está bien, Alex

Esteban se rió y volteó a mirar hacia el frente, me senté derecho y escuché a el profesor hablar y hablar durante una hora y media, para mí fue más de un año, pero sobreviví a la clase de trigonometría, sonó la campana, era hora de volver a casa, siempre voy caminando con Melanie, pues ella vive cerca de mi, pero este día ella no llego, no sé cuál fue su razón y tampoco sé lo preguntaré, solo me iré, últimamente ella se distanciaba cada vez más de mi, ella me decía que estaba loco, que yo era su mejor amigo, sin embargo todo era distinto ahora, yo sabía que ya no era lo mismo, me dolía pero intentaba no darle vueltas a lo mismo, así que solo seguí caminando.

Cuando estaba por llegar a mi casa oí mi nombre:

-- Alex!

Era Esteban estaba sentado fuera de una cafetería comiendo unas galletas, todo lo que hice fue agitar mi mano en forma de saludo, cuando me disponía a seguir caminando el me llamo de nuevo:

-- Oye Alex, porque no vienes y te sientas aquí un rato?

En realidad no quería sentarme allí con el, pero por alguna razón le dije que si y me senté.

--¿Quieres galletas?
-- No traigo dinero
-- No seas estúpido, te estoy brindando de las mías

A esto no dije nada, solo tome dos galletas de la bolsa de papel, hubo un silencio por unos segundos, hasta que el preguntó:

--¿Hay alguna tarea para mañana?
-- No, no hay o eso creo yo

Esteban termino de comer y se levantó, me miró y se despidió de mi, se fue en su bicicleta, yo estuve sentado en el bulevar unos cuantos minutos más, solo veía pasar a las personas, comenzó a atardecer así que me levanté y me fui, al llegar a mi casa, mi madre estaba usando su teléfono y mi padre no estaba en casa (como de costumbre) tome un vaso con agua y un pan duro del refrigerador me fui a mi habitación arroje mi mochila al suelo y me senté al borde de mi cama, me cambié el uniforme y me comí el pan tome un libro que estaba bajo mi almohada, lo estoy leyendo "lo que tu quieras" ese es el título, escrito por Mary Daza Orozco.

Leí hasta que termine el libro por completo, había leído el primer capitulo la noche anterior, cuando acabe me di cuenta de que ya era muy tarde, hubo una frase del libro que se quedó en mi mente "A las víctimas de los amores imposibles" puse el libro sobre el ropero... Quiero dormir.

Déjalo IrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora