Capítulo veintiuno.

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–Bro –llamó Owen al entrar en la habitación.

–Hey... bro... –respondí intentando parecer relajada sentada en la cama.

Owen carcajeó al escuchar mi respuesta y yo acababa de darme cuenta de lo estúpido e incómodo que había sonado eso.

–¿Qué te pasó? –cuestionó Owen mientras pasaba junto a Bloo sin siquiera mirarlo y se sentó en la cama observando mi pie.

–Creo que un punto de la sutura se soltó –expliqué.

–¿Y porque pasó eso?

–No lo sé... –aclaré mi garganta.

–Bien, vamos al hospital

–No quiero ir... además solo sangré un poco.

–Pero deben coserte un nuevo punto, bambi –añadió Bloo.

–Exacto –asintió Owen y se puso de espaldas a mí–. Sube a mi espalda.

–Puedo caminar –estiré mi mano intentando tomar las muletas a mi lado, pero estas resbalaron y cayeron estrepitosamente al piso.

Bloo recogió las muletas y me las entregó, las tomé y me apoyé para ponerme de pie, no es algo difícil.

–Pero al llegar a las gradas te cargaré –ordenó Owen siguiéndome como si fuera una pequeña bebé que estaba aprendiendo a caminar.

–No es necesario, bro –lo dije sarcásticamente, aunque empieza a agradarme esa palabra–. De todas formas, debo practicar bajar gradas con estas cosas. Tu no vas a estar todo el tiempo conmigo para cargarme.

–Ella tiene razón Owen, déjala.

–¿Y tú? –Owen regresó su mirada hacia Bloo–. ¿Iras al hospital con nosotros?

–Claro... –Bloo sonrió–. También me preocupa la salud de bambi, se hirió su patita y me preocupa que no pueda volver a correr libre por las praderas.

Owen carcajeó, pero a mí no me causo la mínima gracia así que rodeé mis ojos de mala gana y continué caminando.

Llegamos al patio sin inconveniente, ya había tenido práctica con Seon Yeong, incluso subí a un bus con estas muletas, pero Owen insiste en preocuparse demasiado y me cargó en sus brazos para subirme al auto.

–¿Cuánto tiempo tienes que usar muletas? –me preguntó Owen mientras jalaba el cinturón de seguridad en el asiento del copiloto.

–Dos semanas...

–Yo también tengo que usar esta cosa por dos semanas –comunicó Bloo desde el asiento de atrás.

Tomé el cinturón quitándolo de las manos de Owen –Déjalo... yo puedo abrocharme, entra rápido al auto, te estas mojando.

–Eso no es mucho tiempo –Owen sonrió y cerró la puerta.

–En dos semanas estaré preparado para saldar cuentas bambi –me susurró Bloo al oído desde detrás del asiento y rápidamente regresó a su posición.

Owen subió al auto en el asiento del conductor y regresó su mirada hacia mí, yo no podía evitar sonreír por lo que Bloo me había susurrado.

–¿Te sientes bien? –cuestionó Owen preocupado–. Tu rostro está rojo.

–¿Sí? –me puse las manos las mis mejillas–. Me siento muy... bien... –intenté responder sin reír.

Owen encendió el auto y nos dirigimos al hospital, Seon Yeong iría a reunirse con nosotros para entregarme mis medicamentos.

RUDEWhere stories live. Discover now