Parte 1 La razón, Capítulo 1.

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Entonces el profesor se me acerco y me entrego el examen de Literatura, no era mi culpa por que, ¿A quien le gusta estudiar libros?, a mi no. Les juro que intente estudiar, se los juro por todo lo que tengo, simplemente no pude, no entendí nada de aquel libro que ha mi parecer era demasiado grande, era demasiado para mi cerebro no-lector, el profesor sonrio con cara de victoria y dejo bocabajo el examen que presente el dia anterior, miraba aquella hoja, detras de ese espacio en blanco se encontraba mi futuro( por exagerar un poco) me dije a mi mismo que total no podia componer lo hecho, solo terminarlo de empeorar, asi que con un movimiento agil alce la hoja de mi pupitre y con un hojo cerrado; lo mire. Reprobado.

«Maldito viejo, jodete.» pensé en silencio y con odio.

-¿Que tal te ha hido?- Se me acerco Jovanna, la chica más rara del mundo usaba maquillaje color rojo en todas partes y unos lentes azules, como hombre no se nada de moda pero eso en verdad no combinaba.

-Regular, me podria haber ido peor, ¿A ti?.

Ella era la más lista del salon, ya sabia la respuesta, es más la dijimos en coro:

-Calificación PERFECTA- Y ella hecho a reir y yo dejé de mirarla.

Mientras el ruido de la risa de Jovanna me molestaba el oido me convenci a mi mismo de que aun lo podia lograr, podia mejorar mi calificación el siguiente examen, sólo debia estudiar mas y intentar no mandar todo a la mierda otra vez.

Hay algo que se le llama patadas de ahogado, no es más que aquellas patadas con la que alguien que esta apunto de morir (Perdon la redundancia) ahogado y trata de salvarse aún sabiendo que lo inevitable esta por ocurrir, morira. Ese era yo en aquel momento esta muerto y aún creía que viviria.

Todos ya se habian puesto de pie y comparaban sus resultados, David rápidamente se me acerco.

¿Algunas vez han odiado a alguien sin una razon aparente?.

Ese era David.

-Podria apostar a que has reprobado- Sonrie el idota frente a mi.

-Has ganado, ya vete.

En aquel momento sólo podia soportar a un idiota y ese era yo.

Mapas al finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora