Ella era el clima de mis días, si la tomaba de la mano el viento bailaba alrededor nuestro, oscurecía mi alma con sus abrazos, con su suave hablar me iluminaba, los relámpagos se posaban en mis labios para estremecerme con sus besos, cuando deslizaba mis manos delineando cada curva de su cuerpo las nubes lloraban de alegría, cuando hacíamos el amor era como danzar en el ojo del huracán, y cuando decía que me amaba se formaba un arcoíris y luego todo desapareció cuando deicidio largarse como un tornado destrozándome, desde entonces cada noche las tormentas de sus recuerdos llovían sobre mí.