Capítulo 1

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Clarke vive con sus padres, tiene 29 años y solo su madre y hermana saben de sus gusto por las chicas.


Era la tercera vez que Clarke iba al baño en el aeropuerto, salió en busca de su familia que la esperaban en la sala de embarque B1 con destino a Cancún donde unas vacaciones familiares se desarrollarían juntos a sus padres y hermana.


Comenzaron hacer fila para subir al avión, esperaron hasta que la fila fuera corta para subir al último, eso lo agradecía sufría ser de las primeras en subir porque la espera era demasiado larga y los nervios hacían de las suyas.


Antes de subir al avión, se tomó su medicamento para relajarse, el cual muchas veces la hacía parecer borracha, caminando de lado, le costaba formar oraciones pero todo eso era mejor que nada.


Subió las escaleras, saludo a las azafatas sin mirarlas, su único objetivo era llegar a su asiento junto a la ventana.


La espera para despegar fue algo lenta, las azafatas revisaban y acomodaban las maletas y mochilas en las cabinas de arriba.


Clarke sacó su celular en modo avión junto a sus audífonos, era lo que necesitaba para el vuelo. Si madre y hermana se sentaron a su lado, mientras su padre detrás de ella.


Ya que tenía todo listo, miro a su alrededor, centrando su vista en una azafata que acomodaba a los últimos pasajeros cerca de ella.


Al pasar por su fila le sonrió y Clarke no pudo evitar hacer lo mismo.


Las instrucciones habituales antes de despegar comenzaron y por primera vez presto atención, no precisamente a ellas sino a la azafata.


A sus ojos, labios y sonrisa al final de la demostración.


De pronto los nervios pasaron a segundo término y parecía niña inquieta moviéndose en su asiento para mirar a la aeromoza.


Su madre despertó ante tanto movimiento de su hija


-Ya vamos a despegar, tranquila- le ofreció la mano.

Clarke la acepto y comenzó su ritual antes del despeje. Selecciono su playlist dandole play. Abrió su juego de solitario y con una mano comenzó a jugar .


Se metió un poco al juego que casi olvido la presencia de la linda aeromoza hasta que pasó por el pasillo ahora sin su saco, solo su blusa blanca y pañuelo.


Esa blusa le quedaba de puta madres.


Tenía que reconocer que su debilidad eran las mujeres en uniformes, sobre todo en trajes.


El servicio de alimentos al bordo del avión comenzó. Se levanto u poco de su asiento y miro que la aeromoza atendería el servicio.


Por lo que pronto tomo el menú que se encontraba frente a su asiento, aunque no tenía nada de hambre pediría algo solo para cruzar unas cuantas palabras.


Tanto su madre como hermana dormían, eso lo agradecía ya que podía mirar un poco más a la chica.


El carrito de servicio llego hasta su lugar.


-Hola, ¿te ofrezco algo?- le dijo la aeromoza con una sonrisa


-Ehh...-su mente se puso en blanco- si..., por favor unas papas naturales- La aeromoza le entregó el pedido.


-Son 30 pesos, ¿en efectivo o tarjeta?-


-Tarjeta- se la tendió


La chica tomó la tarjeta para realizar el pago

-Aquí tiene, Srita Clarke- sonrío entregando la tarjeta y continuó con el servicio.


Después de eso, ya no pudo mirar discretamente a la aeromoza, ya que se encontraba en la parte delantera con sus compañeras.


Antes de aterrizar volvió a verla por unos segundos, que no fueron nada para ella.


Al salir del avión tuvo la suerte de que la aeromoza estuviera en la parte delantera, por lo que al salir la vio.


-Muchas gracias- le dijo


-Esperamos que disfruten su estancia- La aeromoza le sonrió


Y si, durante los 5 días que estuvo se vacaciones no pudo evitar recordarla.


Una completa locura, ya que ni siquiera sabía su nombre. Pero así suele suceder, personas que te flechan solo con la mirada.

Momento menos esperado (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora