Narrador: Lincoln
Nada… ¿por qué a mí?
Estaba viendo por mi ventana, aquella donde sólo puedo ver el cielo sino me atrevo a levantarme de la cama.
No quise creerle, me parecía imposible, pero pareció haber sido verdad. Ese joven, ese chico de buena apariencia que me encontré por la calle mientras caminaba de regreso a mi hogar, tomó mi hombro y me miró. Era alguien bondadoso, a simple vista, y amable. Había sido una dura y ruda temporada; pero logré reconstruirlo todo de nuevo, hasta que me di cuenta que todo había sido en vano.
—Serás tú el único quien recordase todas estas maravillas que tú mismo has podido realizar. Ciertamente, los hechos ocurridos fueron por culpa de quien origina los males, más tú, siendo el elegido, el chico amable, el chico comedido, el chico con el plan, lograste contrarrestar todas estas cosas… eso, a pesar de tu ausencia.
Esas fueron sus palabras, yo le vi con una mirada extrañada. Lo había tomado por loco o alguien de mucha imaginación, yo sólo había ayudado a mis hermanas luego de haber ido a un curso de verano donde podía cumplir mi sueño de poder escribir un cómic propio. Luego de haber dicho eso, el joven que parecía cinco años mayor a mí, se retiró en medio de esa calle poco concurrida, y continué mi ida a casa. Fue extraño, sin duda. Me fui a dormir. Al día siguiente todo parecía normal.
Nunca creí que ellas fuesen capaces de tratarme así, no después de lo que hice por ellas, me menospreciarion y maltrataron. Fue una pésima temporada, sin duda.
Eso cambió algo dentro de mí, algo dentro de mí pareció haberse despertado, ¿cuál es la razón de merecerme todas estas cosas?
Pero, ¿a quién engaño? Estoy exagerando las cosas, tal vez sí eran pesadas y a veces algo exigentes… dentro de mí sabía que nunca me maltratarían; sin embargo, sí me menospreciaron. Aún así, siento que en algunas ocasiones no me merecía las consecuencias.
Tomé mi chaqueta negra y me la puse. Me vi en el espejo y lo único que pude ver fue un rostro inexpresivo, no diría que al estilo de Lucy, eso ya sería estar casi muerto. No sabía en serio como explicarlo, pero me sentía mejor. Podría decirse que fuerte y más imponente, tal vez se trataba de la chaqueta, me hacía ver rudo… además de hacerme sentir que estaba aceptando el cambio.
Volveré al principio: nada. Así es, nada. Yo hice un esfuerzo descomunal por ellas, estaban rotas, me necesitaban. ¡Yo las salvé! ¡Y de un día para otro ellas parecieran haberlo olvidado! ¡Cada lágrima que limpié, cada cabeza que en mi hombro recargué! ¿Acaso no valieron? ¡¿Acaso mi esfuerzo fue pasajero?! Es como si jamás hubiera pasado… nada.
Y lo peor de ese trayecto en el que tuve que dar todo mi tiempo, hice cosas que a cualquiera le desagradaría. Me metí en asuntos que no debí, me entrometí en lugares de los que creí nunca arribaría, pues eran mis propias hermanas. No quisiera que nadie pensara mal, porque las cosas simplemente se habían dado.
Esa noche, en el mismo día en que me topé a aquel chico, había una nota sobre mi escritorio. No supe cual era el verdadero mensaje de esa nota, y jamás la iba a entender.
“Caos has desatado, ahora todo el mundo te verá con otros ojos a pesar de que ellos no hayan contemplado las acciones que hiciste a favor de tu familia, pues una simple muestra de afecto fue suficiente para empezar un sin fin de relatos…”
Y repito, la nota en sí ya era rara, pero decidí no tomarle importancia. Mientras no me afectara, no le prestaría atención.
Y así fue como sucedió, la nota parecía estar sacada de lugar. Nunca conseguí ver caos o algo parecido. Al menos no a mi alrededor. Quizá fue el mismo loco que me habló quien me dejó aquella nota.
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The Loud House: Save them... save him... (Capítulos completos)
FanfictionEra el turno de los Loud conocer que la vida puede llegar a tener sorpresas, y a veces no de las buenas. Nadie lo notó, nadie supo cuando... ni como. Simplemente sucedió. La casa Loud había sido silenciada por el abismo de la frustración y la desol...