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Estaba maginificamente cansada, todo mi cuerpo me dolía y la herida que Atyla acababa de hacerme en mi costilla empezó a punsarme de una forma terrible, sentí claramente como la sangre corría por mi frente y de repente solo sentí como mi corazón empezaba a desgarrarse, un grito de dolor escapó de mi boca y para después ser insoportable, Atyla hundió más la hoja de su espada en mi pecho para después ser retirada y ser introducida en mi cuerpo repetidas veces acompañadas por golpes.

Gritos de desesperación empezaron a escapar de mis labios, mientras que mi cuerpo ahora desparramado en el suelo empezaba a desangrarse cada vez peor, no podía defenderme, solo me quedaba aceptar mi destino, en ese momento iba a morir.

ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora