Capitulo 8 | Parte dos

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Quisiera despertar y que todo fuera como antes... desearía volver a ser esa niña que solo pensaba en la hora del recreo para poder salir a reunirse con sus amigos mientras compartían el almuerzo... pero ¿acaso algo como eso puede suceder? Me reconforta saber que no estoy del todo sola, que tengo amigos especiales apoyándome todo el tiempo. Me hace sentir más viva de lo que en verdad estoy y podré estar.

Paris... —Escucho sollozos a lo bajo —Necesito que estes para mi, no creo resistir una vida sin tener a mi mejor amiga... no creo que pueda sin ti.

Lentamente trato de abrir mis ojos, quiero ver a Shawn; últimamente no hablamos mucho, la verdad, casi no nos vemos los tres. Pero se que ellos están aquí para apoyarme, siempre lo han estado.

—¡Despertaste! —Se levanta de un brinco para correr hacia la puerta a máxima velocidad —¡Enfermera! Acaba de despertar.

Vuelve en mi dirección y me observa, solo se queda parado frente mi viéndome la cara como si fuera un payaso ¿Acaso tengo algo extraño en la cara? ¿Algo aparte del tubo?

Y justo después sucede. Sus ojos se llenan de lágrimas y empieza a sonreír como un desquiciado.

—Me asuste mucho... —Sorbe su nariz, los gigantescos mocos que suelen aparecer en sus fosas nasales empiezan a hacer presencia ocasionando que Shawn pase la manga de su suéter para limpiarlos —Me asuste mucho...

—Ya dijiste... eso.

—¿Por que hiciste tal cosa, niñita?

—¿Cual de tantas?

—Correr bajo la maldita lluvia ¡Casi atravesaste media ciudad! —Finalmente toma asiento a mi lado —¿Acaso no te importa lo que te pueda pasar?

—Lo lamentó —Mantengo la mirada en el techo, él tiene razón, ya no puedo hacer las cosas más sencillas de la vida como tampoco se si pueda hacer cualquier idiotez de un adolescente común —No pensé que esto iba a pasar.

—Pues pasó, llevas dos días aquí —Levanta su dedo índice y corazón para hacer la perfecta representación de el número dicho, y para mi resulta imposible no soltar una risa —¿De que te ríes?

—Justo estaba soñando contigo y Joe —Giró mi cabeza a la izquierda, quiero verlo y saber la razón por la que ella no está aquí; Estoy mas que segura de que él la sabe —¿Por que no vino?

Inmediatamente Shawn cambia su miraba hacia el suelo, está tratando de evadirme pero no dejare haga tal cosa.

—¿Hay algo malo con ella?

—Todo está mal con ella. No quiero que hablemos más sobre Joe ¿Te parece?

—No me parece —Me siento aunque presiento que alguien llegara para gritarme en cualquier momento sobre lo débil que estoy y lo complicado que me resulta hacer esfuerzos —¿Que está pasando con ella?

—Joe...

—¡¿Que demonios haces sentada?! —Mi madre interrumpe la conversación corriendo hacia mi, parece a ver visto al mismísimo Dios mientras charlaba con el diablo —¿Quieres que tengamos más problemas?

—¿Te parece que tú tienes un problema? Te recuerdo que quien tiene cancer está sentada en la camilla.

—¿A quien se le está muriendo un hijo?

Muriendo.

Nunca lo había puesto así, mi madre jamás había dicho tal cosa o me había visto ver lo que en realidad está sucediendo. Se que estoy enferma pero por más que lo supiéramos esa palabra no había salido de nuestras bocas.

Mesa para dos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora