Capitulo 10

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¿No tenía intención de divorciarse de ella? No, debía de haberlo entendido mal. Ojalá fuera así. Siempre había sabido que, tarde o temprano, tendría que vérselas cara a cara con James, pero siempre se había consolado diciéndose que, aunque la confrontación fuera espantosamente mal, él accedería a divorciarse.

Su comportamiento durante la boda demostraba que no le importaba en absoluto, que aquel enlace no significaba nada para él en términos emocionales.

Ahora que su padre había muerto, se había quedado con su empresa, así que ¿por qué iba a querer seguir casado con ella?

—Podríamos divorciarnos de manera rápida, nadie se enteraría —insistió _________—. No quiero dinero ni nada y te aseguro que no le contaré nada a nadie.

—Olvídate de eso, no pienso concederte el divorcio jamás —contestó James mirándola con dureza—, así que, si tu amante te está esperando para casarse contigo, espero que sea un hombre muy paciente.

_________ abrió la boca para decirle que Carlo no era su amante, pero la volvió a cerrar. Tal vez, aquello le sirviera. James era un hombre puramente siciliano que se dejaba llevar por las tendencias machistas y la posesión para controlar y dominar. Seguro que lo único que le haría aceptar finalmente un divorcio sería que le confirmara que había estado con otro hombre.

Era una estrategia de alto riesgo, pero...

—A Carlo y a mí no nos importa casarnos —comentó _________ observando su reacción—. Lo único que queremos es estar juntos.

_________ observó como un brillo peligroso se apoderaba de los ojos de James , que, sin embargo, habló con calma.

—Entonces, prepárate a sufrir porque, para mí, el matrimonio es para toda la vida.

—¿Por qué lo dices de manera tan poco romántica? —Se rió _________ con amargura—. A mí me impones una sentencia de cárcel de por vida mientras tú te vas por ahí a divertirte. Mi padre también se casó con mi madre para toda la vida. Entiendo perfectamente lo que significa eso para un hombre siciliano. No cuentes conmigo, James. Tuviste la oportunidad, pero lo tiraste todo por la borda al invitar a aquella chica a nuestra boda. Si ni siquiera pudiste mantenerte fiel el día de tu boda, ¿cómo iba a salir bien lo nuestro?

—Me parece que eres la persona menos indicada para darme sermones sobre buenas costumbres —observó James.

_________ cerró los ojos al darse cuenta de que había caído en su propia trampa. Lo único que le quedaba por hacer era explotar la vena posesiva de James.

—Ya no soy virgen. Me he acostado con otro hombre. Muchas veces. ¿De verdad quieres estar con una mujer que está pensando en otro?

James se tensó tanto que _________ se preguntó si no se habría pasado de la raya.

—Eso queda en el pasado. Con quince minutos en mi cama, olvidarás a ese hombre —predijo con su característica arrogancia—. Ya lo verás, gritarás mi nombre de placer.

_________ se sonrojó al visualizar vívidamente la escena.

—No me puedo creer lo que acabas de decir.

—No te hagas la tímida ahora. Decídete. ¿Eres la virgen o la vampiresa?

«La virgen», pensó _________ aunque sabía que no le serviría de nada decirlo.

—No me puedes obligar a quedarme aquí —se angustió—. He venido solamente para ver a mi madre. Si no está, me voy.

—No, no te vas. Eres mi esposa y, en cuanto lleguemos a mi casa, te lo voy a recordar.

¿De verdad iba a pasar James por alto que ya no era virgen? No, imposible. _________ se dio cuenta de que no tenía ni idea de lo que hacer. No estaba acostumbrada a aquellos jueguecitos y, menos, con hombres como James. Se estaba arrepintiendo de lo que le había dicho sobre Carlo.

—Eres como un macho depredador marcando su territorio, pero no hace falta que te pongas así porque lo de Carlo es mentira. Apenas lo conozco. He dicho que me acosté con él para ver si, así, accedías a divorciarte de mí 

Sin noche de bodas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora