Erase una vez... una niña... y un lobo... Parte I

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La aldea de Daggorhorm se extendía en un valle, rodeado de altas montañas, en esta época del año, nevadas, la fría nieve se extendía por las calles, en el aire frío, recordaba a los aldeanos lo que es una vida dura, llena de penurias y trabajo por sobrevivir.

Con sólo siete años, ya ansiaba salir de la aldea.

Contemplaba el cielo azul, espléndido y despejado, sin barreras ni fronteras, infinito.

Soñaba que era un halcón, en la frialdad de la supervivencia, luchaba por sobrevivir en un mundo cruel, frío y arrogante.

Siempre supe que era diferente, aunque nunca tuve ninguna teoría del por qué.

Solo mi hermana mayor, Lucie, me comprendía, ni siquiera mis padres, o mis amigos, realmente solo tenía a dos personas en este mundo, bueno.. Tres.

Contemplé el cielo azul una vez más, exorbitante, infinito, ya había alcanzado la rama más alta del árbol hacia dos días, el reto se había acabado.

El único límite era el cielo, otro límite en sí ya que estaba anclada en el suelo, más concretamente en este suelo, en esta aldea.

Tan pequeña que todo el mundo se conoce, tan corriente que los rumores y cuchicheos llegan antes a sus oídos que a los del propio causante de tal cosa.

-¡Valerie!- la abuela estaba delante de él gran árbol.

A diferencia de mi madre, ella no me recriminaba mi estraña afición a subirme a los árboles, pero caerme no era una opción, en ese mundo ingravido, mi mundo, del que siempre era arrancada con reprimendas y reproches por parte de aquellos que deseaban cortar mis alas.

Mi abuela después de una sonrisa e indicarme que era hora de marcharme, desapareció de nuevo, por la puerta de la que había emergido.

Adoraba a mi abuela, pues yo la consideraba la mujer más bella de toda la aldea, su cabello rubio oscuro estaba recogido en gruesas rastas largas que casi rozaban sus rodillas, siempre recogidas con pañuelos de llamativos colores.

Su piel, perfecta a pesar de las pequeñas arrugas en que ella se encontraban.

Pues a pesar de los años mi abuela era una mujer hermosa.

Sus cálidos ojos castaños, y su frágil y esbelto cuerpo, siempre oculto por grandes y largas faldas de colores que dejaba ver unos tobillos frágiles y delicados.

Me asustaban, se veían tan frágiles y quebradizos, pues mi abuela tenía una fuerza espiritual que a pesar de su salud no era la física.

Pues se la veía tan hermosa y delicada como frágil.

La abuela me abrazó envolviendo su manta en mí y empujandome contra su cuerpo, apretándome contra los numerosos amuletos que pendían de su cuello, al abrazo se sumó Lucie.

-Sed fuertes esta noche queridas mías- susurró la abuela contra nuestras cabezas.

-Vamos niñas- la voz de mi madre, Suzette, me sacó de mi ensoñación, se la veía agitada, nerviosa.

Mi hermana, Lucie, con sus mejillas rosadas a diferencia de las mías, pálidas y tersas, su cabello castaño caoba a diferencia del mio rubio blanquecino.

Llevaba una muñeca que había vestido con arapos de la abuela.

Deseaba secretamente, parecerme a mi hermana.

-Daos prisa niñas- Mamá nos reprendía para que caminaremos más rápido, pero la nieve te congelaba los tobillos y era un gran esfuerzo debido a el grosor que ocupaba el camino.

Debíamos regresar a la aldea antes de la noche, no era un secreto, la noche era peligrosa en nuestro pueblo.

No era un peligro normal, como en las grandes ciudades, con la posibilidad de ser asaltado por bandidos.

No, nuestro pueblo era conocido precisamente por los horrores que en el acaecían.

Sufría el asedio de un lobo.

Pues cada luna llena debíamos ofrecer nuestro mejor ganado cómo trueque por nuestra vida, al lobo.

Una terrible bestia que arrasaba el pueblo y se llevaba a los vecinos.

Nadie estaba a salvo.

Y la gente vivía con miedo, pues ese miedo se había traspasado de generación en generación en boca de padres y abuelos.

Con historias tan terribles, que eran dignas de cuentos para no dormir, sin embargo eran ciertas, o eso es lo que te hacían creer.

Ya no se recordaba el pueblo antes de que apareciera el lobo.

Ya no se recordaba lo que era vivir sin miedo.

-Esta noche hay luna llena- la voz de mi madre me sacó de mi ensoñación- y nos toca a nosotros- añadió con tristeza y un volumen que se desvanecía.

En la aldea se pasaba hambre, no era ningún secreto, pues el único sustento eran el tupido y profundo bosque que rodeaba el pueblo, de donde los leñadores sacaban la leña que sería el pan para alimentar a sus hijos.

Mi padre también era leñador, en mi casa no faltaba un trozo de pan, pero nunca había grandes cantidades.

Darle un sacrificio al lobo cada luna llena suponía para los aldeanos apretarse el cinturón, pero no había nada que hacer.

Contemplé una flecha dibujada en el suelo.

Peter

Sin importar la presencia de mi madre y mi hermana y olvidando lo que debería hacer.

Me escabullí por el bosque para ver a donde llevaba esa flecha.

Sin embargo, no era más que un rallon en el suelo, provocado por alguna rama al caer.

Enfadado conmigo misma por ser tan ilusa y esperando que nadie hubiera visto que seguía un rastro falso, retome el camino de huellas por el cual iban unos pasos más adelante, mi madre y mi hermana.

Antes Peter me dejaba rastros de flechas que llevaban a él, pero.. Eso fue antes de que se marchara.

No era como los otros niños, me gustaba bromas, y peleabamos.

A él nunca le importó que fuera una niña.

Cuando Peter se fué, era como si se hubiera llevado una parte de mí misma.

Le echaba de menos, tanto que dolía.

Con tan sólo siete años no albergaba a comprender lo que significaba la palabra amor, más allá de amar a tu padre, tu madre, tu abuela, o tu hermana.

Aunque eso no importaba, la única persona que comprendía mis oscuros deseos de libertad y de saltarme las normas, la única persona que siempre estaba ahí, ya no estaba.

Hola, espero que os haya gustado, debo decir que este libro, ya existe, me lo he leído muchísimas veces, pues el argumento me parece fabuloso, sin embargo la forma de narrar la historia no me gusta nada, y ahí muchísimas cosas que yo cambiaría por eso pensé ¿y si hago yo una versión como yo quiera?

Es por eso, que la forma de narrar, es mía, solo he tomado el argumento cómo referencia, puedo decir que todo lo demás es puramente mío, espero que viváis con el mismo ahínco que yo esta fabulosa historia que cada vez que la leo me pone los pelos de punta, por que es simplemente increíble.

Aprovecho para decir que mi próxima novela KINDOMHEART estará llena de amor, fantasía, y pondrá en juicio todo lo conocido y lo que está por conocer, en un mundo cruel, y estraño,

¿Quién decide quién vive y quién muere?

¿Por qué tu vida vale más que la mía, solo porque tú tienes corazón?

¿A quién tienes miedo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora