VI

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VI
Debes mantenerte lejos de mí si quieres vivir. Mi lugar está en las sombras, el tuyo en la luz. Caminamos por caminos opuestos. Es mejor que recuerdes eso.

VI

Angelina Durless, mejor conocida como Madame Red, era una doctora excepcional del hospital real de Londres, viuda del barón Burnett, lo que le daba título de baronesa,  además era tía materna del conde Phantomhive.

Habrase un  tiempo desde que Emma vio a esa mujer, puesto que solía visitar Grace Field cuando se hacían exámenes médicos. No era la clásica doctora intimidante de bata blanca—Bueno, sí llevaba una bata blanca—sino más bien tenía siempre un gesto de picardía y complicidad hacia los pequeños para que no le tengo miedo, y siempre que acababan los chequeos, Angelina solía quedarse a jugar con ellos y no se iba hasta bien entrada la noche.

La de cabellos anaranjados se sorprendió de verla charlando amenamente con Krone mientras  acariciaba las cabecitas de Conny y Phil.

—¡Emma, Norman! —saludo jovial cuando notó a los otros dos chiquillos a la distancia una vez que levantó la mirada.

La niña se acercó igual de alegre mientras que su hermano solo optó por una elegante reverencia

—¡Buenos días, Madame!

—¿Cómo has estado, querida? —dice la mujer de rojo cabello. —Veo que sigues llevando ese gracioso mechón.

—¡Ajam, mamá aún no ha logrado cortarlo! —asiente la alegre huérfana.

—Es todo un lío… —comentó Norman, al aire. —Pero, ¿Qué la trae de paseo, madame?

—Nada en particular. —respondió —He querido ver a mi sobrino, me han dicho que hoy pasó por aquí.

—¡Sip, lo acabamos de ver! —aclaró Emma— En este momento está en la tienda.

—Pues muchas gracias, dulzura. —sonríe —. Esperaba hacerle una sorpresa, ahora que hace su labor de perro guardián casi no lo veo.

—Pues parece que lo está haciendo de perlas, ya casi no oigo de crímenes grotescos por aquí. —dijo la mujer robusta.

—Exacto y por eso quiero recompensarlo. —se enderezó pero sin dejar de acariciar las cabecitas de Conny y Phil.

El más pequeño de todos habló :—¡Madame, venga un día a visitarnos! —abrazo a la mayor.

—¡Oye tú, pequeño —!

—Te lo prometo, querido. —le responde la adulta, dándole un beso en la frente que posteriormente limpio los rastros de rojo labial.

El moreno solo soltó una encantadora risa ante ese gesto.

—Fue un gusto, iré a verlos en poco tiempo, así que saludenme a Isabella cuando la vean.

—¡Así será! —asegura Krone —¡Despidanse, niños!

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Michaelis y Tanaka se encargaban de supervisar varios puntos de la tienda y los nuevos productos que se iban a vender ; hablarían con proveedores y luego le enviarían documentos y archivos que leer.

No eres él [Black Butler/The promised neverland] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora