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Hoy en día es muy poco común encontrar mujeres que inspiren amor, felicidad, paz, que uno se atreva a decir “esa mujer vale la pena”.
Ya que la mayoría demuestran o lo hacen creer a uno que puede llegar a tener una relación pero antes de eso uno piensa… que rico aventuras con ella, pasar el rato, escaparse un viernes, que rico tener una noche de descontrol con ella. Porque ya sea por la vestimenta o el cuerpo o la forma de ser, no inspiran más de eso, solo un deseo.
Tal vez después de tantas aventuras y conocerse mejor uno ya empieza a pensar en relación, en amor, en algo serio con esa persona, porque ya la conoció. Y por eso es tan raro encontrar mujeres sanas que inspiren paz, amor, ternura, inocencia, una relación en serio, que uno vea esa mujer y uno se concentre en los ojos y no aparte la mirada de ellos. Que aunque tenga el cuerpo más tentador del mundo la cara impida ver algo más allá de los ojos o los labios…
Con lo antes dicho creo que he dejado claro que ya no creo en el amor porque mujeres así como las describo si hay pero un estudiante común como yo, hasta con poca belleza nunca encontrar una mujer de ¡esas!!... o bueno eso pensaba yo.
Empecé un nuevo semestre en la universidad, ya con amistades de todo tipo y conociendo los nuevos compañeros y las nuevas compañeras.
Un martes me encontré con un amigo que el tenia clase cerca de mi salón y veo que una mujer bajita, gordita, blanquita, cabello medianamente largo, a pesar de ser gordita tiene el abdomen plano, ojos marrones claros con brillo (que ya solo se le ven los ojos brillantes a los bebes y en ella los encontré). Una vez le vi los ojos no puede dejar de verla fijamente a los ojos, y pensé “ella podría llegar a ser mi próxima novia” así sin conocerla ni siquiera, aunque a ella parecía no importarle que yo la estuviese mirando.
Desde ese día me empezaron a gustar los martes y los jueves, ya tenía una razón más por la cual ir a la universidad, ya sabía en qué salón estudiaba y la hora en que entraba a estudiar solo faltaba hablarle… he ahí el problema, yo la veía y me concentraba tanto en la miradas y en los ojos de ella que no me salían las palabras. Esa sensación que yo sentía cuando intentaba hablarle y no me salían las palabras era como cuando uno se duerme y por más que intente no puede despertarse y uno cree que se quedara atrapado en el sueño, que uno grita y grita en el sueño y que al final uno despierta después de mucho intentar, y en algunos casos uno despierta sudado, agitado, y asustado. Bueno maso menos así es la sensación que siento cuando intento hablarle a ella, por ejemplo cuando ella esta e intento hablarle sin que ella se dé cuenta de cómo estoy y ella sigue su rumbo y se ya se deja de ver yo vuelvo a respirar, me vuelve el aire pero mi corazón tristemente se enfurece por la impotencia de no poderle hablar y bueno así pase 3 meses en ese son.
En el cuarto mes todavía con esperanzas de hablarle, un martes llegue a la universidad y subí al 5 piso y me dirijo hacia mi salón y me encuentro con un letrero en la puerta del salón que dice “hoy no hay clase”, yo al leer eso me alegro aunque perdí el dinero de los pasajes, pero eso no me importaba ya que tenía dos horas libres para intentar hablarle a tan bella dama.
Me devuelvo y veo que ella sigue ahí sentada al frente del salón esperando a que el profesor llegue a dar la clase, estaba rodeada de amigas y que incomodo interrumpir la conversación entre ellas y decidí quedarme esperando a ver qué pasa, mientras disimulaba con el celular, después de un rato veo que todos se van y ella entra al baño y decido esperar que salga del baño para hablarle sin importa el miedo que tenga… al ver que se demoraba mucho pensé “será que ya se habrá ido y no me di cuenta” igual sigo esperando con esperanza de que salga, después de un rato sale y se dirige a bajar de piso… antes de que ella bajara la pare de un reflejo que tuve, la salude ella me saludo, y empecé a hablarle, aunque fue una conversación muy breve me dejo llevar de la adrenalina y del momento y me decido a pedirle que nos tomáramos una foto, la cual me dijo “no, ahora no, que pena, mejor en otra oportunidad, chao”. Después de eso sigue su camino derecho sin parar y yo con el corazón a mil latidos por minuto que con cada piso que ella bajaba se desaceleraba los latidos de mi corazón. Feliz por que pude hablarle y supere mi miedo, triste porque no pude conseguir la foto, feliz porque fue amable conmigo y me dio esperanzas de una segunda oportunidad para hablar con ella y por poder conseguir una foto con esa bella mujer.
¡Por Dios es tan originalmente común, es tan bella… tan ELLA!
Pareciera que la vida estuviera en contra mía, ya que yo había tenido el valor de hablarle y perder el miedo a su belleza tan única es cuando menos me la encuentro, cuando pienso tener el valor de decirle “cuando podríamos hablar tú y yo un rato que tanto como tú al igual que yo tengamos tiempo libre y podamos hacer uso de ello”, ahí si no nos vemos, no nos encontramos ni de casualidad, ni camino cruzamos. ¿Será que el destino la puso en mi camino por algo y todavía no es el momento? O ¿Será que no me conviene o yo no le convengo a ella? O ¿Solo la conocí para aprender alguna lección? O ¿Solo era para ver lo que nunca podría llegar a tener?... La verdad no se…
Ya está que se acaba el semestre y no he podido volver encontrarla, ¿qué pasa?
Se me acaba el tiempo y las oportunidades, más que todo la oportunidad de tener una foto, un recuerdo junto con ella.
Gracias a ella aunque ella no lo sepa, yo volví a creer en los sentimientos, no sé si estoy soñando muy alto, o dándole mucha importancia pero así lo siento y es algo que hace mucho tiempo no sentía. Espero que algún día ella lo sepa, me comprenda y podamos empezar un nuevo ciclo en la vida donde casi todo sea felicidad, amor, lealtad, respeto, cariños, risas, que no falte el sexo pero en este caso con esta mujer sería algo segundario y no se le podría llamar sexo, más fácil se le llamaría hacer el amor, obviamente no todo en la vida es felicidad, así que también tendríamos malos momentos los cuales estaría dispuesto a superar junto con ella… Aunque suene como si quisiera casarme con ella no es así, ya que yo no me quiero casar pero sería bueno probar una vida así sin un compromiso que nos amarre a los dos como si estuviéramos en una cárcel. Mejor la libertad, pero mejor sentirse libre con la persona que quieres, sin taboo, sin miedos, sin desconfianza, que se quieran tanto que no tengan la necesidad de traicionarse o ser infiel entre ellos.
Eso… eso si es ¡LIBERTAD!
Me imagino que así de bien se debe sentir tener una mujer que valga la pena.
Todavía con esperanza de encontrarla, esperando a ver que depara la vida o me tiene preparado el destino.
Continuara…
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Mi Gordita
Short StoryHistoria de un amor que dependerá del destino si terminan juntos o no.