Capítulo 23.

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Todos estallamos en vítores y gritos eufóricos, dándole la bienvenida al nuevo año. 

No podía estar más feliz.

Me puse a saltar y enseguida noté a Nat a mi lado.

Enseguida nos abrazamos y nos sumimos en un profundo beso digno de empezar el año.

Los 10 nos abrazamos durante un rato, al igual que bailamos con otra gente.

Unos 20 minutos después el ambiente se había relajado un poco, pero aún estaba presente la atmósfera de año nuevo.

Natalia y yo habíamos estado bailando ,pero más bien todos juntos. Fue una media hora después del comienzo del año cuando nos dispersamos un poco.

Carlos y Julia se besaban intensamente en una esquina, y los vimos deslizarse hacia el baño.

Pudimos ver a Africa y a Maria perreando mientras se daban algún que otro beso.

Me acerqué a Nat, que estaba un poco desubicada.

-Hola churri- dije pasando mis brazos por si cintura desde atrás.

-Albi...- dijo girándose, para quedar frente a mi.

-Te apetece estrenar el año con un buen baile?- dije seductoramente, a pesar de que no había probado una gota aún, ya que se me había pasado, y además quería retrasar el momento al completo, ya que Nat no podía beber porque ella y Miki eran los responsables de llevarnos de vuelta, y quería quedarme sobria con ella.

-Será un placer- me dijo tomándome la mano.

Dicho esto comenzamos a bailar la canción que sonó, la cual no conocíamos, pero daba igual.

Era lenta, como si el DJ nos hubiera escuchado.

Nos mecíamos perfectamente acompasadas, creando algo perfecto entre las dos.

Entre nuestras caras no había más de 5 cm, y quería besarla. Y así lo hice.

Rompí la distancia que había entre nuestros labios y estos se fundieron en un tierno beso.

Seguimos así lo que quedó de canción, moviéndonos al compás de la música casi inconscientemente.

No había nadie más que ella en esa discoteca. El beso se calentó y nos fuimos yendo hacia los baños.

Entramos en un cubículo y ella me empujó contra la puerta. Aquello me encendió.

Comenzamos una lucha de manos y lenguas.

Tiré de su top hacia arriba, y dejé al descubierto aquello que tanto me gustaba.

Comencé a pasar mi mano por sus pechos, a la vez que le besaba el cuello con ansias.

Ella mientras tanto me hacía caricias en la espalda, reprimiendo gemidos contra mi hombro.

Me fui insuficiente colé una mano por su falda.

Rocé la tela de su ropa interior y se le escapó un fuerte gemido.

-Jo...deer Alba ya... p... por favoor- dijo como pudo.

Hice desaparecer esa tela en menos de nada y sin pensarlo introduje dos dedos en su interior.

Se abrazó a mi y tuvo que ayudarse de la pared. No iba a poder andar en tres días con lo que le iba a hacer.

Moví frenéticamente mis dedos, mientras mi otra mano seguía en sus pechos y mi boca ocupaba ahora la suya, para ahogar sus gritos.

Se corrió en menos de tres minutos allí mismo.

Enseguida cambio los roles.

Su boca se hundió en mi cuello sin pudor, lamiendo con libertad cada rincón hasta llegar a mi escote.

Mi blusa se abrió en un segundo, dejando mi pecho al descubierto.

Nat descendió y siguió lamiendo y succionando por todo mi torso.

Yo soltaba gemidos que intentaba reprimir mordiéndome el labio.

De repente subió y me agarró por las caderas. Yo enrosqué mis piernas a su cintura y me dejé llevar.

Ella me sentó en el lavamanos y se agachó. Me abrió las piernas y gracias a la corta falda, llegó a mi perdición.

Sin duda alguna, comenzamos bien el año.

Dios escribir este tipo de cosas uf  jajja pero bueno.

Por cierto, quiero empezar a escribir otra novela con un poco más de acción en la trama principal, seguramente ambientada en otro ámbito.

Bueno, iréis viendo... 🤪❤️

Las mejores navidades de mi vida: ALBALIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora