TUTORIA

139 12 4
                                    

Emilio no era un genio de las matemáticas, siempre me decía que "él y las matemáticas no se llevaban"; "siempre exagerando" le decía. Su profesora de cálculo le advirtió que si volvía a sacar una nota mala no pasaría la materia.

A pesar de que no tomábamos las mismas clases quería ayudarle un poco, el trabajo de la novela hizo que tomara clases en línea por eso me adelante una materia en calculo. Antes de su siguiente examen Emilio acepto mi propuesta de darle tutoría, me sentía nervioso y entusiasmado, no creí que aceptara mi propuesta y no sé si seré un buen tutor.

El lugar que se me ocurrió para estudiar  sería en un café cerca de mi casa, creo que el café ayuda a concentrarte mejor. Emilio decidió pasar por mí y caminar en dirección de la cafetería.

E: en serio Joaco, neta gracias! –lo dijo con una gran sonrisa-

J: todavía no me lo agradezcas, si no hemos empezado – dije algo nervioso-

Siempre era lo mismo, atrás del teléfono podía ser mas valiente hablando con el, pero en cuando estábamos solos los nervios se hacían presentes.

E: aun así creo que es muy lindo de tu parte ayudarme sabiendo que eres un grado menos que yo.

J: eso no tiene que ver, no me va mal practicar desde antes.

Al llegar al lugar me sentía tan a gusto, el lugar tenía su toque moderno y acogedor a la vez, pedimos algo de tomar y por supuesto Emilio no dejo que pagara, porque según él era mi pago.

J: bien enséñame tus apuntes para darme una idea de lo que se te dificulta.

E: claro, mira estos son los ejemplos para el examen.

Antes de que viera sus apuntes, la mesa se tambaleo; al parecer estaba defectuosa. Mire alrededor para cambiar de mesa pero para Emilio fue mas fácil colocar el pie sobre una de las patas.

J: espera iré a ver si hay otra mesa disponible, terminaras cansándote.

E: no hace falta, es algo x.

J: ¿como así? Creo que será... -voltie a los lados-

E: de verdad... bueno sigamos.

Uno de los empleados de ahí nos dejó los cafés y unos bocadillos. Revise los apuntes y sí que necesitaba mucho la tutoría. Entes de pasar a otra hoja, Emilio movió su pierna eso hizo que la mesa tambaleara y tirar un poco de mi café.

E: oh lo siento, tendré mas cuidado

J: no es nada, creo que moje algunos de tus apuntes

E: en realidad fue mi culpa... además tu café..

J: bueno pero tus apuntes se llevaron la peor parte.

Cuando di por echo de que las hojas estaban secas seguí revisando los temas de su próximo examen.

J: mira en estas operaciones está mal desarrollada la formula, creo que sería bueno que te aprendendieras paso por paso para que se te sea más fácil.

E: como diga el profesor.

J: Chistosito, bien sigamos...

Con forme avanzábamos trataba de explicarle lo mas sencillo para que fuera más fácil de entender, aun así me distraía viéndolo. No lo niego verlo concentrado me relajaba, cuando entendía tenía una sonrisa muy cálida y a veces se podía ver unas pequeñas arrugas entre sus cejas, cuando le explicaba tomaba mucha atención. Era inevitable no fijarme en él, todo de él me atraía; todavía no tenía el valor para decirle lo mucho que me gustaba.

E: si voy entendiendo más, me falta un tema para terminar

J: es cierto, tu último tema es más fácil...

E: ¡fácil... naranjas que!

J: no de verdad, viene derivada de las demás no tiene mucho de complicado, veras...

Esto cada vez era más divertido, me sentía tan a gusto; como si se tratara de una burbuja donde solo existíamos Él y yo.

E: listo... si lo entendí-se levantó de la silla para estirarse- creo que no estuvo tan mal sus clase señor Bondoni

J: que decirte, si tengo un alumno muy prometedor espero y tengas una buena nota que mira que te hace falta.

E: veras que si... bien ahora hay que irnos, no creo que pueda quedarme más tiempo

J: si claro, andando

En el transcurso del camino a mi casa no paraba de reírme por las anécdotas que compartíamos, nunca creí necesitar tanto algo así. Ya era hora de despedirnos, pero mi corazón seguía queriendo seguir platicando con él.

E: bien te he dejado sano y salvo...

J: si, gracias lo aprecio

E: bueno sé que esto es muy repentino, pero... -trago saliva- aparte de la tutoría quería decirte algo

J: así, de que se trata

E: es que veras-s... sé que te gusto

Mi mente sonó mil ecos diciendo esa frase "sé que te gusto", que podía hacer; todo en mi estaba en blanco.

E: Joaco! –trono los dedos-

J: no puedo negarlo... creo que tengo que entrar

E: no espera... no quiero dejar esto así

J: es que Emilio siento que no creo soportar tu rechazo...

Estaba esperando que la tierra me tragara, como supo que me gustaba, ¿cómo? Si ni siquiera le he dicho a Andy o a Ren, tiene un sexto sentido.

E: Rechazo, Jarquín puedes escucharme

J: ... está bien

E: Bien, sabes por qué no quería que me dieras tutoría – negué con la cabeza- porque no quería que vieras mi lado vulnerable o vergonzoso, cuando me gusta alguien quisiera que solo viera lo genial de mi... no es bonito que el chico que te gusta sepe que eres malo en matemáticas

J: Espera...

E: si Joaquín, ME GUSTAS...

J: por eso no querías que te diera tutoría... pero si todo el mundo sabe que no eres bueno en matemáticas eso no tiene sentido.

E: pues sí, pero nadie es relevante ante mis ojos excepto tú, por eso quería dar buena impresión

J: Emilio por dios tu eres perfecto para mi

E: y tú para mi...

J: y esto nos deja a...

E: o si eso –se inca- yo no sé tú, pero somos Emiliaco?

J: Emiliaco uhm... me gusta cómo suena joven Marcos

E: ¿y eso es un sí?

J: ¡por supuesto!

E: ¡ahora puedo presumir a mi bello novio!

J: tonto, no te creas tú me ganas

E: obvio no chulo







Gracias por leer esta pequeña historia c:

TUTORÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora