El silencio era quien gobernaba la sala, ambos se miraban mutuamente, sin saber que hacer o que decir. Elena había entrado en un repentino estado de shock al ver a Azriel allí, de pie frente a ella, sin decir una palabra, como si su mirada quisiera hablar por él.
—¿Qué...que haces aquí?
Sacó un poco de valor para romper aquel silencio que estaba carcomiéndole por dentro. Azriel parpadeó varias veces, tratando de estabilizar sus emociones.
—Necesitamos hablar. —Su voz sonaba ronca y débil, ver a Elena allí frente a él, con su pequeño rostro enrrogecido probablemente por culpa suya, lo hacía sentir horrible.
Los nervios invadieron su pequeño cuerpo y la vergüenza no tardó en cobrar ventaja cuando se dio cuenta de la manera en la que estaba vestida.
—Me...pondré algo decente y bajaré en unos minutos. —Logró decir cabizbaja, sus mejillas ardían.
—No por favor, no te quitaré mucho tiempo. —Le pidió, haciendo que ella detuviese su camino hacia escaleras arriba.
Reunió el poco valor que le quedaba y alzó la mirada, enfrentándose ante aquellos ojos azules que hoy parecían más intensos que nunca, como un océano con olas violentas. Azriel sintió cómo algo en su pecho se quebraba al verla en aquel estado, era obvio que había llorado mucho, sus ojos color miel estaban hinchados y su pequeña nariz estaba enrrogecida.
—¿Has estado llorando por mi culpa? —Quiso saber inmediatamente, preocupado.
—Supongo que ya leíste la carta. —Su tono de voz se tornó agria de repente— Lo que pasó anoche no es lo único doloroso en mi vida, hay cosas que me duelen más, así que no tienes que sentirte culpable, no he estado llorando por ti.
Quiso sentirse fuerte al decir aquello, intentando no quebrarse en pedazos, pero la mirada entristecida de Azriel estaba retorciéndole el corazón.
—Elena de verdad lo siento, por todo, por lo que tuviste que presenciar anoche, por haberte abrazado, por haber causado un malentendido entre los dos, por no haberme dado cuenta de tus sentimientos, perdóname, se que te herí.
ESTÁS LEYENDO
Descubriendo el amor © (Borrador)
Romance❝Dios nunca cierra una puerta sin abrir otra, pero tienes que estar dispuesto a entrar por ella.❞ (Apta para jóvenes de 15 años en adelante). ⇩