Cap.1.

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—No puedes hacerme esto —repitió por segunda vez con la voz apunto de quebrarse, sin poder creer lo que le estaba ocurriendo. — No puedes dejarme estoy esperando un hijo tuyo...

— Ese ya no es mi problema... Además que se supone que haga yo con un bastardo... — se digno el Alfa responder, ignorando la pena que el Omega comenzaba a sentir.

—Por favor... —Suplicó, con lágrimas recorriendo sus mejillas, mientras su aroma lentamente se iba amargando.

—Todo hubiera seguido normal, si tú no te hubieras embarazado... —miró con desprecio al Omega, le hubiera encanto finalizar su relación de otra manera, sin dejar ningún bastardo por ahí.

—Pero... tú... Me pr-prometiste que te casarías conmigo si quedaba en cinta...

—Corrección... Si te acostabas conmigo... Escucha NamJoon, esto se termino... — dijo el joven Alfa, avanzando con imponencia hacia la salida listo para huir y terminar aquella relación, cortando cualquier contacto con el hermoso Omega.

NamJoon bajo su mirada despertando de aquel triste recuerdo, observando como su bebé succionaba su pecho,  limpio algunas vagas lágrimas de sus mejillas. Dirigió sus dígitos a las mejillas abultadas de su pequeño hijo, sonriendo con calidez, al ver como el sueño invadía el pequeño cuerpo del niño.

Aún rememoraba la primera vez que lo vio tan indefenso, tan pequeño, que cuadando intento alimentarlo, temido hacerle daño con solo levantarlo.

—Muy bien... JiMin... —susurró alejándo su pecho de la pequeña boquita del bebé. —mientras papi va a trabajar tú te quedarás aquí... sin llorar... ¿si bebé? —murmuró mientras se giraba para acomodar a su cachorro en el nido que había creado hace más de cinco meses.

Abrochó su camisa mientras dejo al bebé muy bien cubierto con sus mantitas. El pequeño niño dio un suave suspiro, indicando a NamJoon que había entrado en un profundo morfeo.

—NamJoon... —llamaron, suavemente, mientras un Omega ingresaba a la habitación, al instante una seña de silencio se hizo presente, de parte del mencionado —Es hora, el club abrirá dentro de poco, será mejor que te vistas... —murmuró por lo bajo, mientras NamJoon asistió —Y por cierto... el jefe anuncio tú regresó —Dijo para poco después aquel Omega salir de la habitación

NamJoon dio un suspiro pasado, al oír aquello.
Había comenzado a trabajar en un club nocturno, por falta de dinero, hacia casi ya ocho meses atrás, lo que más le tranquilizaba era que a diferencia de otros clubs, en éste los Omegas no eran obligados a acostarse o a acompañar a los cliente, simplemente bailaban en un tubo y/o acompañaban a los clientes en charlas, a tomarse un trago, sin ningún fin sexual, la paga era minima pero daba un lugar donde vivir y tres comidas al día, muy aparte a ello, su paga también dependía, de lo que prácticamente "regalaban" los clientes por los bailes o charlas.

A NamJoon en un comienzo le había costado aprender a bailar y mucho más bailar sensualmente delante de personas desconocidas, pero los Omegas que trabajaban en el lugar fueron pacientes en señale lo básico, sin embargo la primera vez que bailo delante de las personas por poco y se desmaya; aún recordada la calidez de sus mejillas sonrojadas por cada movimiento que daba en la barra, temiendo ser juzgado por su apariencia pero aún así, continuó con su rutina.

Al principio eran pocos los Alfas que lo veían pero con conforme pasaban los días los Alfas comenzaron a acercarse, más, para observar al tímido Omega, bailar. Por ello en muy poco tiempo se hizo muy popular entre los Alfas.

La primera razón era por que NamJoon poseía un aroma seductor, exquisito, y cuando bailaba siempre tenía un aura de timidez y reservación combinado con sensualidad, provocaba que los Alfas se sientan atraídos hacia NamJoon.

Hug Me "TaeNam"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora