⊹ perdida ⊹

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⊹ Partes: 2/2 (segunda parte de ⊹ Inocencia ⊹)
⊹ Advertencia: +16
⊹ Edad: (B): 16  (C): 16
⊹ Pareja secundaria: No.

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Beso, beso, beso.
Ambos estaban envueltos en un charco de saliva, que debido a lo mezclada que estaba ya no se podía distinguir quien de los dos tenía cual.
Pero sus manos no se frenaron a simplemente posarlas sobre la cama, ellas tenían consciencia propia y decidieron recorrer los formados brazos de Clarence por toda su extensión.

Bien dicen que las hormonas ganan a las neuronas, y ahora el ejemplo del maestro le era mucho más claro, puesto que lo estaba viviendo en carne propia.
Se deslizó juguetón por su tórax y metió sus frías manos por debajo de la camiseta de éste.

Clarence sintió un escalofrío al ser tocado, más aun en frío. Pero no detuvo los besos que repartía a la boca de Belson, ahora sus labios eran su deseo más ferviente.
Belson no se quedaba atrás, es más, estaba a un paso al frente de la calentura. Sus manos no paraban de pasearse por el cuerpo de Clarence, por su espalda, costados y abdomen, estaban increíblemente marcados, aún cuando antes había sido como él, un niño pre-púber con ligero sobrepeso.
Oh dios, sentía tanta curiosidad por saber qué tan buen dote le había dado el destino a su compañero. Su izquierda aun se entretenía en su espalda, pasando la yema de su índice por la curva de la espalda, pero su derecha había bajado hasta la bermuda del chico y había comenzado a estimularla.

Los besos se detuvieron.

¡Clarence! ¿Qué has hecho? ¡Despertaste la curiosidad de un adolescente! Ha sido lo peor que pudiste haber hecho en toda tu vida hasta el día de hoy, el día en que tu inocencia murió.

Belson tenía el rostro caliente, pero más aun Clarence, quien era un total inexperto en la materia.

---Déjame tocarte... --dijo sin pensarlo el castaño, murmurando con necesidad tras sus palabras, formando con su mano movimientos circulares, marcando donde debía estar el pene del inocente chico.

---Belson, yo... Hng... --le era difícil mantener el ritmo de la conversación... ¿Cuál conversación? Su cuerpo cada vez enviaba más sangre a un lugar donde no debía acumularse.

El nombrado no sólo no se detuvo para escuchar lo que el chico tenía para decirle, por el contrario, avanzó sin dudar mucho, bajando la bermuda gris que llevaba puesto, junto con su bóxer azul marino, dejando expuesta su erección.
Belson se relamió los labios internamente.
Comenzó a masturbarlo, y a juzgar por los ruidillos que dejaba salir Clarence, éste se atendía con muy poca frecuencia.

Por inercia separó las piernas, quería sentir más de ese calor envolvente en su estómago y en su pecho.

Belson bajó de la cama y se arrodilló frente a Clarence, admirando deseoso cómo su pene reaccionaba a los estímulos que le proporcionaba al rubio. Tan adorable.

Asquerosamente adorable.

Pensó.

Belson, oh Belson, estúpido muchacho.

¿Qué estás a punto de hacer?

No tenía la mente recogida, pero si la boca abierta, con intensiones de tragar todo lo que pudiese frente a él.

Belson, ¿Qué tan curioso puedes llegar a ser?

Horriblemente curioso, al punto de someter al pobre e inocente de Clarence.

Pero no parecía negarse.

Estaba allí, con las piernas separadas, esperando el movimiento del más joven por unos meses, con el rostro pintado en el más bello carmesí alguna vez visto, sus ojos azules resaltaban a la tenue luz que ahora, difícilmente, entraba por la ventana de su cuarto, al estar ocultándose el sol.
Aun así quiso estar seguro de que sea consensuado...

Besó la punta del falo con sutileza y algo de descaro, provocando un brinco inesperado en el rubio.
Sus miradas se encontraron, Clarence entendió perfectamente lo que esa mirada quería trasmitirle, pero por la vergüenza no pudo hablar, sólo asentir, y para Belson eso era más que suficiente.

La metió de lleno, hasta donde pudo caber. Con su mano continuó tocando el resto que no entraba. Su boca estaba caliente, y el miembro de su compañero igual. Lo sacó y lamió desde la base hasta la punta, haciendo suspirar al muchacho.

Estaba bien dotado...

Continuó jugando con él, tocando sus piernas también, hasta hacer que tuviera pequeños espasmos por el placer. Clarence se cubría la boca para no dejar que Belson lo oiga, aunque el simple sonido obsceno que su boca hacia al chocar con la piel expuesta, y la saliva por todo su pene, era suficiente para hacer que su corazón lata a mil por hora, no podía evitar gruñir y gemir através de sus manos.

El sonido de la puerta de la cochera siendo abierta estrepitosamente sacó a ambos de su paraíso personal.

La adrenalina del peligro encendía a Belson un 200% más.

Succionó con más fuerza.

Y Clarence, aun preso del placer y el deseo, se corrió tras diez segundos más, dentro de la boca de Belson.

Bastardo... Pensó.

La puerta de la cochera se cerró nuevamente, significaba que el auto ya estaba dentro y su madre seguro estaría descargándolo, pero Clarence, desafortunadamente, no podía ir a ayudarla con las bolsas de las compras, su respiración estaba tan agitada que le tomó más de un minuto recobrarla.

Santa mierda, ¿Qué acababa de pasar?

---¡Clarence! ¡Mamá llegó! --oyeron al unísono a la fémina de la casa, desde el otro lado de la puerta.

Belson había tragado todo lo que le fue eyaculado en la boca.

---Salado... --Murmuró relamiendo sus labios.

Gift for you [Clarence x Belson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora