SIMULACIÓN 3

2.6K 171 25
                                    


Antonio tenía diecisiete años y estaba terminando su último año de secundaria. Su adolescencia no había sido la peor ni la mejor, simplemente había sido una etapa de la vida en la que trataba de hacer lo mejor posible con las circunstancias que tenía. Desde los catorce años, empezó a trabajar en una tienda de abarrotes para ayudar a su madre con los gastos del hogar. Aunque a veces era difícil combinar el trabajo con la escuela, Antonio se sentía satisfecho de poder contribuir a la economía familiar. Él tenía una relación muy cercana con su madre. Ella era su confidente y su apoyo incondicional en todo momento. No importaba cuántas horas hubiera trabajado en la tienda, siempre hacía tiempo para pasar tiempo con su madre y disfrutar de su compañía. Juntos veían películas, cocinaban y compartían sus pensamientos y sueños. A pesar de que no tenían mucho dinero, eran felices con lo que tenían y valoraban el tiempo que pasaban juntos. Antonio también tenía amigos en la escuela. Para ellos, era un chico extrovertido y valiente que siempre estaba dispuesto a ayudar y a hacer reír a los demás. Pero por dentro, Antonio era bastante tímido e inseguro. A menudo se preocupaba por lo que los demás pensarían de él y por eso solo era bueno demostrando lo contrario. Trataba de ser lo más seguro posible, aunque en realidad no siempre se sentía así. A pesar de sus inseguridades, Antonio tenía sus pasatiempos favoritos que lo ayudaban a relajarse y a olvidar sus preocupaciones. Disfrutaba practicando béisbol y tocando la guitarra en su tiempo libre. También le gustaba salir a caminar por el parque y disfrutar del aire fresco y de la naturaleza. A veces, incluso se escapaba a la biblioteca para leer libros y perderse en historias fascinantes.

Isabella a sus diecisiete años seguía disfrutando de una vida llena de lujos y comodidades. Sus padres siempre le habían brindado todo lo que necesitaba y más, pero no por ello era una chica arrogante o engreída. Al contrario, era cariñosa, comprensiva y humilde, lo que la hacía destacar entre sus compañeros de clase. Desde pequeña, había demostrado un gran talento para la música y la danza, por lo que sus padres habían decidido invertir en clases de ballet, canto y actuación. Además, había participado en varios concursos de belleza y modelaje, lo que le había permitido conocer a muchas personas y disfrutar de viajes y experiencias únicas. Era una chica muy competitiva, siempre en busca de nuevos retos y desafíos que la ayudaran a mejorar y crecer. A pesar de su éxito y sus logros, Isabella no era una chica superficial ni vanidosa. Sabía valorar lo que tenía y estaba muy agradecida con sus padres por todo lo que habían hecho por ella. También era muy cercana a su hermana menor, con quien compartía muchas actividades y momentos especiales. Juntas, habían creado un vínculo muy fuerte que las unía y que las hacía sentirse invencibles. En cuanto a sus amistades, era muy popular en la escuela, pero no por ello dejaba de ser una chica sencilla y amigable. Siempre estaba dispuesta a ayudar a sus compañeros y a escuchar sus problemas, lo que la convertía en una confidente de confianza. Además, era muy divertida y ocurrente, lo que hacía que todos quisieran estar cerca de ella. En su tiempo libre, Isabella solía ir al parque a caminar o a leer un libro, o bien, a disfrutar de una tarde de cine o de compras con sus amigas. También le gustaba ayudar en organizaciones benéficas y realizar actividades sociales para colaborar con su comunidad.

Marie era una chica tranquila y estudiosa, siempre se había destacado por su inteligencia y capacidad de concentración. Durante su adolescencia, no tuvo grandes cambios en su vida, pero seguía trabajando duro en su formación académica. Era muy aplicada en sus estudios y no dejaba que nada la distraiga de sus metas.

A diferencia de muchos adolescentes que se enfocan en las fiestas y en tener una vida social activa, Marie prefería pasar su tiempo libre en casa, leyendo o escuchando música. No tenía muchos amigos, pero los que tenía eran leales y valoraban mucho su amistad. A pesar de su dedicación a los estudios, Marie también trabajaba para ayudar a su familia con los gastos. Trabajaba en una tienda local después de clases y durante los fines de semana. Era una chica muy trabajadora y responsable, y sabía que tenía que trabajar duro para alcanzar sus metas en la vida. Marie era una chica comprometida con sus principios y valores, y siempre trataba de hacer lo correcto. Era muy comprensiva y empática con los demás, lo que la hacía una persona querida por quienes la conocían. A veces era un poco tímida, pero siempre se mostraba segura de sí misma y de sus habilidades.

David había crecido rápido y su adolescencia había sido triste y difícil. Su padre los había abandonado a él y a su madre para iniciar una nueva familia con una mujer más joven, lo que había dejado una profunda herida en David. Además, su hermano menor, quien era su único amigo y compañero, se había ido con su padre, dejándolo completamente solo. Vivir solo con su madre no fue fácil, ella se había vuelto adicta y descuidada, y David tenía que ser el adulto en la casa. Siempre tenía que estar pendiente de su madre y asegurarse de que no hiciera nada peligroso mientras él trabajaba. El trabajo era una necesidad para él, tenía que ayudar a pagar el alquiler y las facturas, pero también era una forma de escapar de su realidad.

LARIMAR: Un misterio bajo tierra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora