Terra, al igual que yo, tiene un <<don>>, el don de poder copiar los sentimientos y pensamientos de los demás. Así, ella logra conocer todo lo que sienten y piensan. Terra asiste al mismo instituto que yo, el Instituto Cázal, el cual está lleno de elfos y brujas que son llamadas personas bendecidas. Todos tenemos un don, y este don está encadenado a la soledad del sentimiento tras poder tener poder sobre las demás personas de este maléfico mundo. Este instituto se divide por fases de ayuda que van de mayor a menor; yo acabo de entrar este año y se me hace un poco difícil explicar, pero en resumen es así: los Niveles entre el décimo y el sexto son para aquellos plebeyos inmaduros que piensan que el <<don>> es una bendición; entre el Nivel 5 y 3 se encuentran las personas que son felices con su <<don>> y pueden ser parte de la sociedad con él sin causar dificultades en sus amistades y familia cercana, este grupo aún tiene cariño por esta maldita vida y pueden salir del instituto a fiestas o partidos de fútbol con los compañeros de la misma fase, y por último, -lo peor al final, y como siempre, yo estoy ahí- del Nivel 2 al 1 estamos las personas cuerdas que sabemos que está maldición nos condena a ser peces en un mar de tiburones, siendo devorados por insultos cada día de nuestras miserables vidas, porque ser diferente sí es malo.
Terra se encuentra en el Nivel 3 de ayuda a 784.57 metros de la entrada de mí aula, y 790 metros de mí puesto en el edificio que contiene los Niveles del 5 al 3 -no pregunten como lo calculé-. La descripción previa de Terra se dio el primer día de clases, en la hora del recreo, junto a las 3 bancas de color café que tienen sillas a ambos lados de la cafetería. Iba solitario, no esperaba que nadie se me acerque y fui entonces cuando logré deslumbrar a un ser tan perfecto...bueno, esa historia ya se la saben. Terra sale con un grupo de 4 eruditos, también de Nivel 3: Razim, su mejor amigo; Grel, el mejor amigo de su mejor amigo; Rubí, su mejor amiga, y Hannie, su segunda mejor amiga.
Con un un monstruo dentro de mi estómago que no paraba de rugir, merodeaba las sillas donde estos cuatro eruditos y una princesa estaban teniendo su tertulia. Traté de concentrarme pero la voz de Terra era más maravillosa que un atardecer y más radiante que un miembro del Nivel 10 con un nivel de hormonas y dopamina alta. Me convertí en un acosador, me encantaba verla todo el tiempo, esconderme detrás de la puerta de su clase y escucharla reír, no la dejaba de seguir. El occipital derecho del cerebro acosador con el que vivo desde que conocí a Terra me mantiene vivo.
Así paso la primera semana de clases en el instituto. Una sociedad que pasea en el edificio del Nivel que se le asignó a partir de un estereotipo; eruditos, malignos e inmaduros.
Siempre a la segunda semana de clases se convoca a una aburrida asamblea, y digo aburrida porque así son las asambleas de este ecosistema donde estoy muerto en vida. De repente y con un altavoz, un King Kong desde lo más alto del Empire State que se roba el tiempo de los profesores dijo con una voz robótica y amedrantadora:
-Nivel 3 y 2, por favor dirigirse al auditorio para la asamblea. Maestros, se mantiene el uso de la seguridad a los poderes. Suerte.
Al deleitarme los oídos con está última mención, salí corriendo como un ladrón de sentimientos al baño para peinarme y arreglarme. Sabía que Terra iba a estar en el auditorio a menos de 790 metros de mi puesto, mi corazón lo sabía y tocaba una canción con mis latidos donde el bajo elevaba sus vibraciones cada vez más y más. Cada centímetro de mis pasos me hacían acercarme más, no sabía que hacer pues ya iba a la mitad, y comencé a practicar lo que iba a decir:
- Hola, ¿Cómo estás?- pero, y si esta frase no le gusta, si no es suficiente...¿Qué debía hacer? Mí cabeza maquinista de ideas estaba destrozada.
Faltaban menos de 100 metros para llegar al auditorio y allí iba a estar Terra. Comencé a temblar mucho, a sentir como se quebraban mis piernas de porcelana junto con mi corazón de enamorado. Casi al momento de llegar, alguien me jaló por atrás de manera brusca tratando de hacerme retrasar de mi destino de poder tener un ciclo comunicativo. Esa persona era Michcam, estaba en el nivel 2 conmigo, ella tenía el poder de controlar a cualquier persona con la hermosa mirada de sus ojos color verde azulado.
- Perdón, pensé que eras otro mediocre.
Y sin decir nada más, se alejó.
Llegamos al auditorio. Cero metros entre nosotros. Ella estaba en la banca de color azul frente a la mía. Cuando me senté, ella volteo y miró, me miró con esas cejas pobladas de belleza, con esa piel blanca que deseo con toda mi vida tener entre mis brazos y con esos ojos color marrón. Mi corazón de detuvo y sin tener la mínima consciencia de mis actos, mi boca dijo:
-Hola
-No tengas miedo, a mí también se me suele parar el corazón a veces.- Respondió Terra.
Editado por Samira Cisneros
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Conociendo a la soledad
RomanceSé que estás pasando por la misma estúpida hipótesis adolescente, te enamoraste, te enamoraste de sus defectos. Sientes que nadie ama como tú, y te volviste egoísta. Estas desesperado porque estás muriendo en vida, no logras encontrar la solución a...