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*NARRA CELIA*
El tiempo en la heladería se me pasó volando. La verdad es que los chicos eran geniales, bueno todos menos Harry, obviamente. No tenía una palabra para describir como era, simplemente no me gustaba. Aunque, a decir verdad mientras estábamos en la heladería no habló mucho, por no decir que no hablo nada. Pero bueno mejor, hace un favor al mundo manteniendo su boca cerrada. No me inspira nada de confianza.
Dándole vueltas a cosas como esta llegamos al coche otra vez, y así me pase todo el camino de vuelta al apartamento. Mientras, Marta, que había decido tomar el asiento de copiloto, estuvo todo el camino cantando las canciones que iban apareciendo en la radio junto a Niall. Puede que ella no se diese cuenta, pero Niall la miraba de una forma distinta que al resto, como si el brillo en su mirada de alguna manera cambiara cuando estaba con ella. Como cuando estás "enamorado", pensé. Enamorado, lo poco que me gustaba a mí esa palabra.
Cuando el coche quedó aparcado en el garaje del apartamento, subí rápidamente a la habítación y me puse a rebuscar en el armario para encontrar algo que ponerme. Pensaba pasar una gran noche, e ir mal arreglada no entraba en mis planes. Marta subió poco después, indicándome que teníamos que salir antes de las nueve, ya que en el trozo de papel que nos habían dado, se indicaba que a las nueve comenzaba la fiesta. Las dos nos duchamos sin perder el tiempo y en unas horillas estuvimos listas. Al final me decanté por un sencillo vestido corto blanco que tenía, y Marta escogió una falda y un 'crop top' de tonos oscuros. También pensé en alisarme el pelo, pero descarté la idea porque con la humedad se acabaría rizando de todas formas, y lo dejé suelto. Mi amiga, sin embargo, si optó por coger la plancha. Y una vez estuvimos preparadas, cogimos bolsos y otras chorras y bajamos.
*NARRA HARRY*
Llevábamos ya un buen rato esperando a que Celia y Marta bajasen. Comenzamos a repartirnos como nos dividiríamos en los coches y miré el reloj que llevaba, dándome cuenta de la hora que era.—Chicos, van a ser las nueve en breve—informé, pasándome una mano por el pelo para apartarlo de la frente.
—Sin prisa Harry—dijo Louis—las chicas no tardarán en bajar. Resoplé. No me gustaba llegar tarde a los sitios.
—Pues más vale, porque a este paso vamos a llegar tar...
—Perdonad—me interrumpió una voz desde las escaleras—, nos hemos puesto a recoger todo y hemos tardado un huevo—rió Celia, bajando hasta el recibidor. Cuando la vi, no pude apartar la vista de ella, mirándola desde los tacones de toque romano, recorriendo sus piernas, viendo el contraste de su piel morena con la tela blanca, hasta ver como caía su pelo en ondas de forma natural. Era impresionante como de la manera más simple, la chica lograba estar increíble. Me fijé también en el pequeño hoyuelo en el lado derecho. Joder, pero qué estoy diciendo. A ver, vamos a ser sinceros, es verdad que la chica era borde como ella sola, pero mal, precisamente, no estaba. Eso sí, yo también se jugar a ser borde.—Ya era hora de que bajárais. Un poco más y nos morimos aquí sentados—solté, haciendo que todas las miradas se fijaran en mí. Vi que Celia ponía los ojos en blanco a la vez que abría la puerta para salir. Entramos en los coches, en uno iban Zayn, Louis, Marta y Celia, y en el otro íbamos Niall, Liam y yo. Acomodándome en la parte trasera del vehículo, vi a la morena entrar en el coche contiguo y por alguna razón, no pude everitar preguntarme si a alguno de los chicos le interesaría Celia. Porque, no vamos a mentirnos, pero un lío con la morena seguro que no le disgustaba a nadie.