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Si comportarse como un dios es un pecado, incluso el acto de crear vida sería blasfemo. ¿No sería esto burlarse de los dioses?
Y, queriendo ser juzgado. Entré en la prisión por mi propia voluntad.
Juego con barro en una habitación silenciosa. Me estaban maldiciendo con una voz sin timbre. Ese lugar era deslumbrantemente hermoso. Me moría de hambre, y luego cuando quería roer en el miasma pensé que estaba bien. A partir de ese momento, todo se volvió extraño. Definitivamente debe haber habido veneno allí. Volviéndose por alguna razón hermoso sólo para mi ojo, maldición. No quiero ponerme nada en la boca, no quiero escuchar nada. No quiero ver nada, nada en absoluto. Me quiero poner en una balanza para saber si mi corazón pesa más que la pluma. Deseché todo lo que no necesité por la ventana.
Está bien si caigo y muero. Hasta el final, preste sus oídos a los sonidos que se desvanecen.

Podría decir que el sabor insípido pero tóxico del agua sería tan fuerte como el vino fermentado que me hace vomitar. Y la lluvia comienza a intercalarse dentro de mis huesos queriendo romperme y llenar mis pulmones de agua al punto de querer morir.

Como deseaba ese día.

Entonces la torre de miasma encima de mi cabeza se llenaba. Especialmente lo quería llamar miedo. No comprendo aún porque lo quería llamar así. Sólo recuerdo que cada que me levantaba sentía las grietas bajo mi piel tomando fuerzas para romperme. No soportaba el color morado de mis ojeras o el despeinado de mi cabello. Solía y suelo ser de los mejores de mi clase, y me di cuenta que aquello no tenía sentido específico.

Pero bueno, las crisis no son lo que quería plasmar aquí. Quizás es porque lo pasas tan bien que no puedes recordarlo.

Su cabello esa de colores morados al igual que su nombre. Dice que no le gustaba su rostro. Pero a mi me encantaba; Cuerpo de guitarra, lentes y ojos rasgados, flequillo y estatura pequeña. Y sólo llegaba a ver perfección aunque me quiera mostrar sus defectos.

Recuerdo en lo tóxico de mis sueños que me encontraba en medio de un callejón en donde su salida se volvía tan interminable como un sueño. Hoy me doy cuenta de su simbolización.

Parpadeaba, y cambiaba su rumbo, abriendo cualquier puerta me muestran las distorsiones de mi mente. Modificándose sin salida. Creía que habría una forma de salir. Pero al final la tormenta me llega a arrastrar al principio, mientras que de un sozollo comenzaba a gritar al punto de querer romperme de una vez.

Pero hubo un buen día en que varias luces se posaron allí, y las seguía. Me di cuenta que mi laberinto no estaba tan perdido como creía. Entonces se quemaron los papeles que decían lo equivocado que estaba en mis dedos rerorcidos. Desvaneciendo en las palabras que dije una vez en el aire: no hay escape.

Entonces extendí mis manos a la luz, para escuchar el péndulo de un reloj moviéndose una y otra vez. Por primera vez me di cuenta que los callejones, faroles, puertas y la distorsión de mi sueño finalmente se desintegra y se rompe. A excepción de una luz. Cuando escuché la jaula abrirse. Me enseñaste a ser libre.

Al final significas más para mí que todos los que conocí alguna vez. Quizás mi timidez no me permite demostrarse en realidad la cantidad de veces que quiero demostrarte mi afecto. Pero bueno, decido plasmarlo aquí porque es un bonito lugar en donde quisiera mostrártelo.
Había veces en donde pensaba que ibas a ser pasajera, terminabas quedándote cada vez más. Quizás es lo mejor. Una mariposa se posaba fuera de la jaula, con ambas alas rotas esperando a aletear alguna vez y queriendo salir de allí lo más rápido posible.

Entonces los colores del cielo fueron menos opacos que antes. Y me enseñaste cosas que jamás pensé que ocurrirían. Allí me di cuenta que eres lo más cercano a la perfección.

Entonces tuve que adaptarme a lo cromático de tu mundo. Porque en el mío todo era del mismo color. Hasta que me hiciste a conocer músicas, baile, libros, lectura, me enseñaste a [...] no lo sé. Me enseñaste a moldear mi mente. Me enseñaste que tenía voluntad y que no debía doblegarme como el acero fundirse. Me hiciste saber que podía ser yo cuando estabas tú: un chico que le gusta bailar y escuchar canciones, escribir historias y dibujar. Entonces pude darme cuenta que mi mundo no era tan monótono, al final la mariposa de colores anaranjados se recuperaba de sus alas.

La nube de miasma espera, en algún momento querer atacarme pero no lo hace. El péndulo ya no hace ruido y el sabor del agua se volvía más soportable. El Sol se volvía menos frío pero ardía como el infierno.

Luego pensé que era predestinado conocernos, me dijiste que me tenías confianza. Entonces te volviste más que cualquier cosa: una amiga, una compinche, una bailarina, una dibujante, una mujer fuerte y hermosa, una mujer que rebosa vigor y energía por donde quiera que vaya. Y tuve miedo, miedo de que te vayas un día. Pero no lo hiciste.

Luego me comenzaste a contar de tu futuro, del cual estaba seguro que así iba a suceder. Pero lo decía especialmente de un modo subjetivo. Ya que veías tu meta de forma objetiva y nunca lo comprendía. Incluso aunque estaban millas y millas por delante, llegaban desde lo profundo de mi mente y me hicieron pensar ¿quién quiero ser?

Por primera vez en mucho tiempo sentí que la nube volvía. Pero al final seguía allí, llenos de malos pensamientos, en una carretera del Festival Chino o el Festival Coreano. Sin los deseos de volver a ser encontrado.

La mariposa tenía colores anaranjados y amarillos, abraxas, lo llamé. Pero quizás la razón del nombre fue bastante equivocada.

"Una mariposa que rompe el cascarón, el huevo es el mundo, aquel que quiere nacer debe romper un mundo." recordaba, no recuerdo la cita. Y ahora lo modifico a mi gusto. Destruyó la nube de miasma como nadie, y ahora la jaula se oxida sin mariposa dentro.

Entonces Caprice 24. De Paganini se escucha en una melodía tortuosamente rápida. Y comencé a dudar de mis propios ideales, me di cuenta que estaba ciego de alguna manera.

La religión fue de las primeras cosas que me hicieron dudar. Las contradicciones bíblicas me sorprendían, especialmente por el plan de Dios y el Libre Albedrío, Adán y Eva, el Árbol del Bien y el Mal y el fruto prohibido, luego el siguieron los errores del mundo y el Padre Todopoderoso pareció un niño de absoluto poder.

Entonces, abrir mis ojos quizás fue de las mejores cosas que he hecho, me encantaba el sabor del agua, el Sol era cálido y el mundo de colores etéreos y cambiantes, estaba [...] vivo.

Ante todo ello, quisiera decirte gracias. Existen más de mil razones para hacerlo. Pero quisiera decirte gracias por haber cambiado mi mundo, eliminaste la nube de miasma que carcomía mi mente. Gracias por abrir mis ojos, gracias por hacerme [...] pensar. Tu presencia bastó para hacerme pensar como tú lo haces.

Ahora me tendré que quedar para poder verte, ver cómo estarás bien. Ver cómo el mundo va a crecer y vas a ser amable.

Incluso si fuera una persona, voy a querer entenderte. Lastimándote, quiero abrazarte. Por ese algo que trabajas no va a ser en vano. Mientras que perdonan las cosa que haces probablemente perdones a lo que te hicieron. Incluso las cientos de cosas que te sucedieron van a ser olvidadas. Puedes seguir cantando, bailando, odiando y durmiendo. Quiero decirte que descanses al momento de sentirte cansada. Y cuando sientas que el aire se sienta bien entonces tú también lo estás. Sé que estás haciendo tu mejor esfuerzo. Eres hermosa, fuerte, maravillosa, feliz. Vas a estar bien, mientras yo lo esté.

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⏰ Última actualización: Jul 20, 2019 ⏰

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